Ay, señor Amarante Baret

Por Leonardo Sánchez

Ante unas declaraciones grandilocuentes del señor ministro de Interior y Policía en defensa de la corrupción y la impunidad que amenaza al pueblo en marcha, se imponen unas reflexiones sobre ciertos hechos de su accionar como funcionario público que dejan mucho que desear

Por ejemplo, fue incapaz de controlar la migración masiva impulsada por poderes externos y ONG’s que todavía siguen por la libre. Y están en su nuevo ámbito ministerial y tampoco hace nada.

Porque una masa de personas que circulan por el país sin identificación ni legalidad son materia de seguridad nacional.

Las intromisiones en asuntos internos nacionales siguen campantes y desde su ministerio, ¡nananina!

No tuvo la hidalguía de ser un buen dominicano parándole los carros desbocados al embajador del miedo que impidió las deportaciones de ilegales indocumentados. Wally dejó el puesto, pero la injerencia sigue, y sigue también la pendejada de ustedes.

Todavía el miedo a perder la visa sigue funcionando.

No supo ser varón para poner a trabajar la camiona y hacer controlar la frontera abierta como una rumba para baile ilegal. No lo supo antes desde Migración y no lo sabe ahora desde Interior y Policía.

En educación agradecieron su salida de esa cartera por usos oscuros de los recursos aumentados de esa dependencia. ¿Ya se le olvidó el lío de los solares para las escuelas en la “revolución educativa” para la corrupción?

¡Gran cantidad de tierra todavía sin pagar y tierra pagada sin existir! ¿Y nada que decir de mucha tierra pagada por encima de su valor?

Y ahora es totalmente incapaz de controlar la delincuencia callejera. ¡Es usted un funcionario muy eficaz! No pega una.

Y no hablemos del manejo económico.

Dineros fueron reportados como fuera de control en su gestión en la dirección de migración. ¡Mucho! Y mucho silencio después de un montón de explicaciones, como si los ilícitos penales se resolvieran con explicaciones.

Mal uso del 4 % para la educación se ha evidenciado cuando dirigía Educación. Dilapidación de recursos en la campaña política de reelección y en la elección de uno de sus vástagos al congreso.

¿Y ahora también le paga a otro de sus hijos como asistente en el Ministerio de lo Interior?

Eso no parece ético. Por ahí debe haber alguna ley que prohíba a los funcionarios nombrar familiares y relacionados en sus dependencias.

Don Lidio, ¡oiga eso! (¡Don Lidiooooooo!)

Parecería que la ética está eticá, como diría difunto Dr. Carlos R. Goico Morales.

¡Es muy osado usted señor! ¡Mire que confesar que violenta las leyes para fisgonear a la gente que protesta por la impunidad! Hay que tener la cara que tiene usted para después salir a justificarlo.

¿No sabe que es de mala educación asuntar las conversaciones de los demás?

¡Y pinchando teléfonos ajenos!

¿Usted no fue ministro de educación?

En cualquier otro país por menos de lo que usted ha soltado o se lo destituye o se renuncia al pedazo de animal que lo haga.

¿Usted qué cree?

Por aquí creemos que para ser ministro de lo que sea, primero hay que ser decente y luego hay que tener alguna preparación humana y freno en la lengua.

(¡y en el macuto!)

Usted debe recordar que en los cursillos se decía que no todo se dice.

(y se decía también que no todo se hace)

Aunque se haga ahora. (Son otros tiempos y ahora todo se justifica y se explica)

Y no todo se hace. Por eso la sociedad protesta contra acciones corruptas y contra la impunidad que le permite a gente como usted tratar explicar lo inexplicable.

Con el mayor Respeto. (¡El general Sigilo es el que usted tiene oyendo conversaciones ajenas!)

¿O es Chichilo?