El tuerto

Por Leonardo Sanchez

Ahora, al gobierno dominicano, y al partido que lo ha puesto ahí, parecería que hay que llamarle el tuerto.

Porque solo quieren mirar hacia un solo lado, aunque tienen todos sus dos ojos actúan como tuertos mirando hacia donde les conviene.

Y el más tuerto es el que no quiere ver “que ya la pava no pone donde ponía”.

Que los discursos abracadabrezcos ya no engañan a nadie; que no estamos en los tiempos de “marañón”.

Y dice: “Cuando yo era que chiquitico y del mamey, y que del mango yo me chupaba la semilla.

Ahora que estoy marañón; Marañón aprieta la bemba… El tiempo de los bobos se acabó…”

Por eso, porque parece que somos bobos, le dan una premisa falsa a los de Stanley Consultants para que respondan una pregunta tuerta con una respuesta válida; una respuesta necesitada pero que responde a otra pregunta que no es la que están respondiendo.

¡Porque aquí nadie ha dicho que la decisión sobre la licitación de Punta Catalina fue porque recibieron soborno! Y, ¡tal vez lo hicieron!

Lo que se ha dicho hasta desgañitarse es que la decisión obedeció a una línea de palacio, fuera quien fuera que la diera, y que se dio después de que vino Lula desde Brasil a amarrar algo así como una chiva, y que ahora pudiera terminar como un cordero de sacrificio.

Nunca se ha dicho que hubo sobornos en la licitación de Punta Catalina, aunque se sospeche que lo hubo, según el modus operandi de Odebrecht que donde iba sobrevaluaba y sobornaba.

Y no es a los consultores internacionales que hay que preguntar sobre algo que no han evaluado ni es su back ground lo que responde al hecho de que las plantas estén sobrevaluadas.

¡Porque nadie ha cuestionado las especificaciones técnicas de la obra!

Y es cierto que las plantas están sobrevaluadas, pero Stanley Consultants no tiene que ver con eso. Por eso no ha tenido sentido usarlos de condón para responder por aquello que desconocen y demostrar la desesperación por salir de una situación que han sido ellos mismos quienes la han provocado.

Para seguir mirando con el ojo tuerto, porque si la adjudicación la hizo CDEEE, era a los funcionarios de esa empresa de estado que había que convocar a la reunión con los medios de comunicación. ¡Y que respondieran ellos!

Catalina esta sobrevaluada, igual que todas las obras construidas por esa empresa que ya se sabe que fueron todas sobrevaluadas. Y ese es un hecho incuestionable e inocultable porque yace en las mismas cuentas del estado. Es mismo estado que ha aceptado y acepta las sobrevaluaciones en silencio.

Porque todo el mundo habla de ello menos los principales funcionarios del gobierno que lo saben, como saben también sobre los sobornos, y también guardan silencio, hasta que el procurador los invite a un café entre socios para buscar la forma de entanguliar el asunto sin salpicar de lodo al tuerto.

Y molesta que otros hablen de lo que se habla en todas partes del país. Hasta los que no saben nada hablan de ello, porque oyen hablar a los que sí saben.

Es un reclamo de decencia. Como les están exigiendo al establishment desde las marchas verdes. Y tampoco quieren ver las marchas que exigen el cese de la corrupción generalizada y de la impunidad que la justifica y defiende mirando para donde no es.

Para que se acaben las componendas y el robo a un erario público que sigue lleno de hoyos que se han querido tapar con endeudamiento. Ese endeudamiento que cada dia nos acerca más al abismo de Lilís. Aunque sigan subiendo los combustibles y los peajes para balancear las cuentas.

Y, aunque a los que gobiernan no les importa que la gente hable de lo que se habla, les molesta sobre manera que lo voceen vestidos de verde y les molesta más no saber de dónde salen los recursos para hacerlo, porque les recuerda cuando ellos lo hacían, cuando también rifaban para hacer sus actividades.

Cuando eran pobres como partido y como personas.

Algo que ya no es para ninguno de los dos, aunque sea inexplicable para ambos.

Y es muy claro que el tuerto no sabe jugar ajedrez, porque, pudiendo sacrificar algunas piezas no lo hace para no perder la partida que ahora mismo va perdiendo, aunque alardea de que no, porque quiere cuidar el 2020.

Porque la campaña no recibió un centavo, es verdad, pero recibió el apoyo publicitario de un asesor que recibía dinero de Brasil para que se hiciera la campaña con el lodo sin que salpicara al tuerto.

Igual que lo dicho por Stanley Consultants, que le preguntan por una cosa y responde sobre otra que quieren que respondan los que hacen que vayan a una rueda de prensa sin saber nada de la decisión.

Hablando de sobornos cuando lo que se quiere revisar es el proceso de licitación que no evaluó el monto que iba a costar el proyecto, eligiendo extrañamente al que costaba más y a la empresa que no tenía ninguna experiencia en el ramo.

Y se destapan a hablar de sobornos cuando deberían haber hablado de las especificaciones técnicas del proyecto y de que no evaluaron el precio. Porque era una licitación ciega al precio para esconder la sobrevaluación.

Así, a lo mejor también hubo sobornos para esa aprobación, es posible y que ese soborno fuera en especie, financiando dos procesos electorales que huelen a eso. Porque, aunque ahora se destapan diciendo que Mónica Moura no dijo lo que dijo antes cuando llegó a Brasil, ahora la ponen a decir que aquí no se financió la campaña que fue lo que dijo antes por su nombre.

Deberían saber que para comer pescado hay que tener cuidado con las espinas. Igual para argumentar con la mentira.

Y se descubren con la espina en la garganta, cuando ponen a Moura a decir que su marido no estaba aquí en la campaña de 2016, cuando de aquí fue que salieron ambos para entregarse a la justicia en Brasil.

Entonces, parecería que los dominicanos estamos bendecidos al no haber tenido financiación ilegal de procesos electorales, mientras todos los indicios señalan que los brasileños han empleado en mismo método en todas las partes donde han operado.

En otros países han sobornado para conseguir las obras, han sobrevaluado esas obras para sacar los recursos y han financiado campañas electorales para poner gobiernos afines, menos aquí. Qué onda, ¿no?

¿A quién se le puede creer? Según su teoría, ¡al que diga la mentira más grande!

¿O es que el poder absoluto permite tales burlas?

Entonces no tenía que recibir ningún centavo y la campaña ser financiada por el asesor que ahora dicen que no estaba aquí porque lo buscaban con el ojo tuerto.

¡Pero na’ palante!

Que todo es como termina y no como ha comenzado; así, el que ha comenzado con sus dos ojos, por solo mirar para un lado anda terminando tuerto.