Nadal: "Me hubiera gustado ir la universidad; aprendí día a día"

Después de atender a los medios de comuniación en el acto de Tommy Hilfiger, Rafa Nadal contestó con amabilidad y simpatía a los invitados al acto y del algunos aficionados, que se agolparon para ver de cerca a su ídolo.

¿Si no hubiera jugado al tenis que le hubiera gustado ser?

No me lo planteo mucho, porque ya era casi profesional antes de tener edad para pensar en eso. Desde los 15 años me dedico a esto. Siempre digo que soy un apasionado del deporte en general, así que seguro que mi vida hubiera estado vinculada a eso. Me hubiera gustado vivir la experiencia de la universidad, que todo el mundo dice que es maravillosa. Tengo envidia sana de no haber podido vivirla. Pero he tenido un aprendizaje natural de la vida, que me ha dado el día a día, poder viajar y conocer a personas de diferentes culturas.

¿Si volviera a tener 10 años, qué consejo se daría?

No lo sé. Dicen que para ser profesional y destacar hay que dejar de lado otras cosas. No he hecho tantas como mis amigos, pero no he dejado de lado el resto de mi vida. He salido, he disfrutado y he hecho las cosas normales que hace cualquier joven. Tuve personas a mi lado que me dieron consejos buenos y a las que estoy agradecido. Hay tiempo para todo si se hacen las cosas bien.

¿Qué le aconsejaría a un jugador amateur para que no se frustre con los puntos importantes?

Le diría que, por encima de todo, disfrute y que no se agobie por esos puntos. El deporte es para divertirse y competir. Yo me digo que lo peor que puede pasar es que pierdas. Si pasa, te vas al siguiente punto o al próximo día. Quien diga que no se pone nervioso, ya sea Djokovic o Federer, miente. Todos lo hacemos. La diferencia está en el control.

¿Cómo suele ir vestido en su día a día?

Soy simple, me gusta vestir de forma cómoda, con vaqueros, camiseta, polos… Si salgo me pongo camisa y una americana. Me gusta ir de forma adecuada para cada ocasión.

¿Alguna vez no sabe qué ponerse antes de salir de casa? ¿Le escribe un whatsapp a Toni para preguntarle?

No le molestaría para eso (se ríe). No suelo arriesgar mucho, así que no me preocupa mucho. No me suelo equivocar porque no arriesgo. Soy discreto, serio y clásico vistiendo. Si no tengo claro algo, llamo a mi madre en todo caso.

¿Qué otras cosas le gustan además del deporte?

Estar con la familia es una de ellas. Me encanta el mar. Soy de Mallorca y me rodea, sin él y todo lo relacionado, no se entendería mi vida. Me gusta salir con los amigos y practicar otros deportes.

Una vez, cuando tenía 12 años, dijo que su sueño era ganar Roland Garros. Ha conseguido nueve. ¿Es bueno seguir luchando por los sueños o es mejor dejar de desear para ser feliz?

Si dije eso en una entrevista, que puede ser, sería por nervios. Porque a esa edad no me planteaba nada con tanto tiempo, solo el siguiente torneo. Hoy en día, con las redes sociales, los chicos lo ven todo más cerca. Yo, Roland Garros lo veía lejísimos. Cuando lo conseguí por primera vez, después pensé que ya no podría ganar nada más importante que eso. Pensaba que podría estar tranquilo el resto de mi carrera, y he estado más nervioso cada año. Las cosas no se eligen, se sienten. Desear es bueno mientras estás dentro de una sana ambición y no en una obsesión. Si los objetivos no logrados se convierten en un problema personal, es mejor dejarlo. Las ganas de mejorar, crecer y evolucionar son buenas. Llegará el momento de parar y ser feliz con tu familia.

-¿Alguna vez ha pensado en la cantidad de kilómetros que ha corrido en una pista de 11×12 metros?

No. Se dan cuenta mis tobillos, mi rodilla, mi espalda… Prefiero no saberlo. El problema es que los kilómetros se hacen de forma intensa y agresiva. Frenadas, arrancadas, cambios de dirección… Eso es lo que se nota.

¿Qué sintió al ganar el oro olímpico en Río 2016?

Fue algo único. Y conseguir el oro en el evento deportivo más importante con un gran amigo como Marc López lo hizo más especial.

¿Cuándo se sabe que una pelota está gastada y por qué en los partidos desechan algunas?

Entrenándome, un bote nuevo me dura 45 minutos. En los partidos se cambian cada siete y nueve juegos, porque con tantos efectos, se desgastan y quedan huecas. Lo de elegirlas es una manía. Sí que hay jugadores que piden la misma con la que acaban de ganar un punto. No soy uno de ellos porque ya tengo suficientes rutinas como para añadir una más.

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