Dinastía Guillén: Unión de sangre, pasión de Tiburón


Los miembros de la familia del mánager de La Guaira disfrutan de una reunión con estampa litoralense
CARACAS.- Con sus codos apoyados sobre la baranda del dugout escualo y un puro entre sus dedos, Oswaldo Guillén Jr. admiraba la práctica de Tiburones el pasado viernes 18 de noviembre.
Un par de metros a su derecha, su hermano Oney, conversaba con viejos amigos como Wander Pérez y Johnny Celis. Ninguno parecía prestar mucha atención a los jardines, donde Ozney, el menor de los tres hermanos, buscaba elevados que viajaban a su territorio en la práctica de bateo; después de todo, el menor de los Guillén tendría toda su atención una vez que se escuchara la voz de “play ball”.
Con sus tres hijos repartidos en el terreno, Ozzie dirigía su entrenamiento con normalidad, como si fuese cualquier otro día; solo que no lo era y la indiferencia que reflejaba su rostro fue pronto opacada por sus palabras.“Creo que el hombre más feliz que hay en Venezuela soy yo”, señaló el dirigente. “O por lo menos lo fui anoche cuando vi a mis tres hijos. Son pocas las veces que estamos juntos”.Con pocas horas en el país, Oswaldo Jr. y Oney también mostraban una actitud de “no se trata de la gran cosa”, hasta que llegó el momento de hablar. De tal palo tal astilla, dirían por allí.
“Es una cosa bonita. Tenemos la oportunidad de estar en Venezuela en familia”, señaló Oswaldo Jr., el mayor de los hijos del mandamás. “Y además, el orgullo de ver a mi papá dirigir a Ozney…es algo que quizás nunca se repita”.
Si alguien sabe lo difícil que puede ser coincidir con tu padre en tu terreno como jugador-mánager es Oney, quien años atrás intentó uniformarse con La Guaira, a pesar de que Ozzie no estaba ni cerca de ser el timonel.
“Estaba listo para debutar con el equipo grande, recuerdo que me habían puesto de fecha el 27 de diciembre, y entonces me lesioné uno de mis cuádriceps”, recordó Oney de aquella experiencia, misma que hoy le permite aconsejar a su hermano. “Lo que le dije a Ozney es que apreciara lo que iba a vivir, que no llegara con la mente cerrada. Digan lo que digan, vas a sentir presión porque viene con el apellido”.

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