Por Víctor Díaz
El progreso de una nación está sujeto a variables distintas que conjugadas permiten alcanzar objetivos previamente planteados.
Nuestra nación, desde su nacimiento en 1844, y su restablecimiento por el movimiento restaurador liderado por la espada de Puerto Plata, ha tenido como uno de los principales obstáculos para su progreso, la falta de un plan de desarrollo a mediano y largo plazo.
El próximo mes de diciembre hará cuarenta y cinco años, que un hombre con visión y compromiso con el progreso de los dominicanos, puso en marcha el primer plan estructurado para dar continuidad al proyecto de nación que da nacimiento a la república y concluir la obra de Juan Pablo Duarte, liberar la república dominicana, ya no del yugo extranjero, sino de la pobreza extrema y la falta de equidad y justicia.
Juan Bosch creó el Partido de la Liberación Dominicana el día 15 de Diciembre de 1973, desilusionado por el giro que habían tomado las luchas internas en el Partido Revolucionario Dominicano.
Es a partir del PLD, que los dominicanos empiezan a ver claro su camino al progreso. No fue fácil romper con la hegemonía de la clase conservadora de la época y Bosch hubo de soportar todo tipo de insultos y vejaciones, para descalificarlo personalmente y descalificar el instrumento que estaba creando por el bienestar del pueblo dominicano.
Los gobiernos del PRSC y el PRD, fueron incapaces de enrumbar al parís por el camino del progreso y una vez tras otra, los poderes oscuros sacaron provecho del erario devolviendo poco o nada a los ciudadanos.
Son los gobiernos del PLD, los que han sacado al país del ostracismo, primero en el plano internacional y luego en la lucha contra la desigualdad
Durante los últimos seis años de gobierno peledeísta, bajo la sabia dirección del presidente Danilo Medina, el país ha dado pasos agigantados hacia el logro de la meta suprema de Juan Bosch: igualdad y progreso para los dominicanos.
El 4% del presupuesto para la educación. La creación de las estancias infantiles, la tanda escolar extendida, la construcción de más de 15 mil aulas y la capacitación de 20 mil profesores, son parte del plan de liberación a través de una educación universal y de calidad.
Los más de 200 mil millones de pesos financiando la producción nacional a través del Banco Agrícola, Banca Solidaria y otras instituciones. El apoyo a los pequeños agricultores y productores e a través de las visitas sorpresas. El aumento a más de siete millones de turistas por año visitando el país. Son parte del plan de liberación, generando empleos de calidad a través de la producción de bienes y servicios.
La construcción y/o reparación de 14 hospitales, 33 centros de diagnostico y la ampliación de la cobertura de seguros, son parte del plan de liberación a través de una salud universal y de calidad.
La implementación del sistema de emergencias 9-1-1, que ya cubre más del 60% de la población nacional. La creación del programa de asistencia vial. La construcción de miles de kilómetros de carreteras, calles y puentes, son parte del plan de liberación nacional, a través de una comunicación y protección efectiva para todos los dominicanos.
Así pueden ser enumerados en cada renglón los aportes del PLD al progreso, la equidad y la justicia en beneficio de todos.
Cabe entonces llamar la atención sobre las amenazas que se ciernen sobre el país, por parte de quienes han procurado siempre su provecho personal o defendido intereses contrarios a los del progreso para todos. Debemos preservar al Partido de la Liberación Dominicana, por ser el único instrumento que ha cumplido la promesa de combatir la pobreza y devolver a los dominicanos, lo que le pertenece.
En sus cuarenta y cinco años, y bajo la dirección del Presidente Danilo Medina, el PLD ha cumplido con el país. Debemos preservarlo.