Aquí no hay ni trampa ni cartón. Ya no estamos en unos test en los que los números están condicionados por tantas variables que es aconsejable no tomarlos al pie de la letra. Esto es Australia, el primer gran premio de la temporada, y lo que hay es lo que es. Ni más, ni menos. En la tanda de clasificación se va a todo lo que se puede y es cuando los equipos muestran su verdadera cara, y la del McLaren es tan preocupante como parecía en Barcelona, al menos si hablamos de velocidad punta: es el peor coche.
Los nombres de Alonso y Vandoorne son los que cierran la lista que ordena los pilotos por los km/h registrados en la clasificación de Melbourne. El español penúltimo con 309.8 km/h y el belga, último con 308.0. Unas cifras que se quedan muy escasas si las comparamos con las más rápidas establecidas por los Force India: 323.7 para Pérez y 323.3 para Ocon. Son 13.9 km/h entre el mexicano y Fernando, una amplia diferencia que sin embargo no ha servido a los monoplazas rosas para imponerse a los naranjas en la parrilla.
Eso dice algo positivo del chasis del MCL33, ya que es capaz de recuperar en las curvas buena parte del terreno que pierde en las rectas, pero la escasa potencia del motor Renault es un hándicap tan importante que hace imposible poder compensarla del todo. Tiene unas deficiencias que quedan aún más patentes cuando leemos la clasificación de velocidades de abajo arriba. A Vandoorne y a Alonso les siguen Hulkenberg, Sainz y Ricciardo, o lo que es lo mismo, los dos coches oficiales de la marca del rombo y un Red Bull.
Solo Verstappen es capaz de salir de esa zona ocupando una posición algo más decente, la 13ª con 312.5 km/h. Esa es la realidad de un propulsor francés que ha perseguido en su primera etapa de desarrollo de esta temporada la fiabilidad más que el rendimiento, algo que esperan corregir con su segunda versión que llegará, según esperan, con el comienzo de las carreras europeas. Estas son las consecuencias de su estrategia y son especialmente hirientes para McLaren al ver que su anterior motor, el de Honda, está por delante.
Hartley coloca al mejor Toro Rosso en la décima posición con 314.9 km/h, prácticamente cinco más que el mejor McLaren. Algo que seguro era difícil de predecir en Woking cuando afrontaron el cambio de motorista. En cuanto a la lucha de los mejores, ambos Ferrari superan a los dos Mercedes, aunque solo 3.5 km/h separan a los cuatro. Otra muestra de que tener más punta no significa hacer un mejor tiempo. Ese es el consuelo de McLaren, veremos si en carrera tienen oportunidad de encontrar alguno más.