La doble vida de Fernando Alonso

Se define Fernando Alonso como un «piloto los domingos». Dice también que de su calendario de 2018, el más completo de un piloto de Fórmula 1 en la era moderna de este deporte, lo que menos le preocupa son los 27 domingos de carreras. Presentaciones, eventos publicitarios, rodajes, aviones, hoteles, aeropuertos, entrenamiento físico, test en la pista… y también 27 fines de semana de competición. Porque en 2018 no sería correcto definir a Fernando Alonso como un piloto los domingos. Y tampoco es sólo un piloto de Fórmula 1.

La estrella de McLaren se preocupa por el MCL33, que se estrenó en los test de Montmeló y dejó algunas luces y algunas más sombras. Uno de los mejores tiempos del fin de semana y síntomas claros de progreso con la unidad de potencia de Renault para olvidar el fracaso de Honda, pero también serios problemas de fiabilidad y la sensación de que en Woking todavía están muy lejos del champán. En el monoplaza naranja papaya estarán centrados casi todos los esfuerzos del asturiano, pero no será su única vía para volver a ganar. El mejor piloto español de todos los tiempos, uno de los más talentosos de entre todos los campeones de F1, quiere que ser grande en la carrera más grande: las 24 Horas de Le Mans.

Y quiere ganar la Triple Corona (Le Mans, el GP de Mónaco y las 500 Millas de Indianápolis). «Primero vino Le Mans. Ya en 2013, cuando estaba en Ferrari, estuve muy cerca de correr allí en un par de ocasiones pero Ferrari no estaba muy conforme con compartir con otras marcas. Cuando llegué a McLaren estuve muy, muy cerca, pero por diferentes razones no sucedió. Al final terminó con la mejor posibilidad sobre la mesa y con el mejor equipo, así que estoy muy feliz», se explicaba el asturiano. Ese equipo es Toyota, el único fabricante con apoyo oficial de marca y el único híbrido de la categoría LMP1, lo que le convierte en el gran favorito para ganar Le Mans, algo que todavía no han conseguido con averías e infortunios crueles durante varios años.

Aunque el desafío de Resistencia de Alonso no se reduce a una actuación estelar en el mítico circuito de La Sarthe: realizará el Mundial completo, el WEC, dentro de la ‘Súper Temporada 2018-19’ que empieza el 5 de mayo en las 6 Horas de Spa. «Al principio sólo pensaba en Le Mans. Al final de 2017 lo vi como una posibilidad, pero cuando se anunció la Súper Temporada después de la retirada de Porsche, se convirtió en un objetivo. Hablé sobre esa idea con ellos y vimos que la mejor solución era hacer la temporada completa. Estoy contento así porque no quiero ganar sólo Le Mans, quiero ganar el Mundial de Resistencia y eso sólo es posible haciendo toda la temporada», asegura el asturiano.

«Quizás no estaba en nuestros planes, pero cuando un piloto como Alonso te dice que está interesado en correr contigo tienes que hacer un esfuerzo», reconocían los dirigentes de TMG, la estructura de competición de Toyota. Alonso ya ha participado con ellos en varias sesiones de test realizadas en Bahréin, Alcañiz y Portimao, algunas de ellas incluían simulacros de carrera de 24 horas con el TS050 Hybrid para exigir el máximo de cada pieza y probar su fiabilidad. Es un prototipo híbrido, su motor de combustión proporciona 500 caballos de potencia al tren trasero y su motor eléctrico, otros 500 caballos al delantero. La tracción total es, quizá, el gran reto al que se enfrenta Fernando: «A veces es difícil confiar en la electrónica del coche. De noche, última curva en Portimao, tú no ves nada y tienes que hacerla a fondo porque el coche hará todo lo que pueda para encarar ese vértice. Estas cosas llevan tiempo, mi parte es hacer que ese tiempo sea lo más corto posible. Pero no es un problema, es un desafío. Si estoy aquí es porque pienso que es posible».

«Adaptarse al nuevo coche, el nuevo estilo de pilotaje que tienes que aplicar. Nuevo entorno, nuevo equipo, nuevos competidores, nuevas normas… tengo que hacer deberes y estar abierto cada vez que me suba al coche. Cada vuelta es diferente, no es como en la Fórmula 1 en la que haces las vueltas con automatismos. Aquí en una vuelta quizás encuentras dos GT, en otra estás solo… cada vuelta es diferente, pero aquí llego más preparado que a Indianápolis», asegura. También el WEC guarda pocas semejanzas con el Mundial de Fórmula 1. Porque en este campeonato se habla mucho de carreras y poco de los lujos y las modas que imperan en un paddock repleto de VIPs. Y además el asturiano, aunque parezca una obviedad, tiene pilotos compañeros que son compañeros de verdad porque la victoria, si se logra, también será compartida con Sebastien Buemi, suizo campeón de la Fórmula E y ex de Toro Rosso, y Kazuki Nakajima, uno de los últimos japoneses que llegó a la F1 y que corrió en Williams Toyota.

Las dinámicas son diferentes: los seis pilotos de Toyota (en el otro coche están Conway, Pechito López y Kobayashi) comparten grupo de Whatsapp, chófer o eternas sesiones de entrenamientos. Hay tiempo para confraternizar lejos de la eterna competitividad de la F1. «Está bien, es parte del juego y de lo que más puedes aprender en esta experiencia. También por conocer con qué configuración rinde mejor cada piloto y por qué, de ahí aprenderemos mucho. La atmósfera del equipo es increíble, todos han sido simpáticos conmigo y tenemos un grupo de Whatsapp en el que estamos constantemente hablando o enviando fotos. Esa atmósfera es muy diferente y abierta, es una de las mejores cosas con las que me he encontrado», dice Fernando. ¿Y se llevaría eso a la F1? «Es un deporte muy diferente, quitando a tu compañero ves poco a tus rivales y hay más presión. No se puede trasladar allí esta filosofía, no funcionaría porque es diferente».

Su temporada de carreras empezó el 28 de enero en las 24 Horas de Daytona. Por delante, 21 carreras de Fórmula 1 y cinco de Resistencia (la temporada del WEC continúa en 2019 con tres pruebas más hasta junio). Por delante, un calendario repleto de actividades, eventos, rodajes, competición… y hoteles, aeropuertos y vuelos transoceánicos. «Conozco mis necesidades, mi cuerpo, la manera de viajar de forma eficaz y con poco desgaste. Las carreras es lo que menos me preocupa, pero el resto de actividades voy a tener que planearlas muy bien para que no me consuman energía».

En el pasado era habitual que los pilotos de élite compaginaran F1 con F2, Resistencia, GT, turismos, Indycar o CanAm. «Yo en un año hice 53 carreras con 26 coches diferentes», decía Jackie Stewart cuando Alonso se enfrentaba a la Indy. «Pero entonces no tenían que estar presentes en tantos eventos y publicidad», sentencia Alonso. El doble programa de carreras le hará mejor piloto, «cada vez que te subes a un coche hay algo que te llena de curiosidad y te sorprende». Le hará pasar a la historia por el calendario más extenso al que se ha enfrentado una estrella de la F1. Y, quizá, le hará pasar a la historia con su tercer título de campeón del mundo, con una nueva muesca en su palmarés camino de la perseguida Triple Corona.

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