Fernando Verdasco es así, capaz de lo mejor y de lo peor, y de amargarle la fiesta a cualquiera por calidad y experiencia. Se enfrentaba, en el duelo español de la primera ronda del Abierto de Australia, a Roberto Bautista, que llegaba en forma tras vencer en la final de Auckland a Juan Martín del Potro. Pero como hiciera ya en 2016 con Rafa Nadal, el madrileño ha vuelto a cargarse a un jugador que en teoría era favorito contra él. Y lo ha hecho con rotundidad, en tres sets: 6-1, 7-5 y 7-5 en dos horas y 7 minutos.
Verdasco se enfrentará en segunda ronda, tras un año de ausencia, al alemán Maximilain Marterer (22 años y 94 del mundo), rival en teoría asequible para él, que venció a su compatriota Cedrik-Marcel Stebe por 6-0, 6-3 y 6-4. Nunca se han medido.
Fernando dominaba a Roberto por 3-1 en los duelos particulares, aunque era la primera vez que se veían las caras en un Grand Slam. Y en el primer set le sorprendió con un contundente 6-1 que marcó el partido. Con 41 golpes ganadores, el recién casado con Ana Boyer dominó y además sacó mejor (83% de puntos ganados con el primer servicio). Bautista dio la sensación de ir siempre a remolque, salvando los muebles como podía en las dos siguientes mangas sin conseguirlo y pese a tener una ventaja de 2-0 en la salida de ambos. Acabaron igual, con break de Verdasco en el duodécimo juego.