La Teta

Por Leonardo Sanchez

La conmociónha sido grande a nivel continental por las confesiones premiadas de los corruptos investigados en Brasil en la Operación Lava Jato. Han remeneado muchos santos en muchos altares, en Suramérica y Centroamérica, pero no en el sacro altar dominicano, donde los santos ilustrísimos se aferran a sus altares y están musitando sus oraciones por altoparlantes bien potentes y bien motivados con poderosos salmos y versículos de sus misales bendecidos en los altares más altos que buscan evitar que la conmoción llegue a sus alturas.

Son como animalitos silvestres, como alevines de cerdo, que se pelean por succionar la leche maternal de una madre nutricia que parece tener una ubre inagotable.

¡La ubre nutricia e inagotable del presupuesto nacional para chupársela entera! Y se pelean por seguir pegados, mamando “un rio de leche” que les baja por las gargantas sonoras y vociferantes en contra de los ciudadanos que reclaman el fin de la corrupción y la impunidad de los corruptos.

De todos los corruptos, de ayer, de hoy y de mañana.

Son voces poseedoras de una satisfacción brutal. Están satisfechos de haber recibido los alimentos lácteos que nunca hubieran imaginado poseer si no vendían sus sonoridades a la corrupción.

Se les ve y están ahítos; “podridos en cuartos”.

Y, esas criaturas altamente satisfechas están saliendo a defender la continuidad de los sobornos, las sobrevaluaciones de obras, y las financiaciones ilegales, cuyo fin reclama el pueblo en las calles y en las redes sociales con todo su derecho.

Y según se expresan esos becerros del presupuesto, no quieren que el pueblo proteste contra la corrupción y exija saber quiénes son los sobornados y justiciables en la República Dominicana.

La satisfacción de esos especímenes mamarios, proviene de jugosos nombramientos en instituciones del estado que “manan leche y miel” para que se eleven sus voces en defensa el actual estatus quo, donde prevalecen la corrupción y el peculado. Retuercen la verdad y la mentira en unas clinejas que gotean un resultado de muy alta fetidez.

Porque, pretendiendo que dicen verdades, propalan las más groseras mentiras. Y las repiten y repiten como altoparlantes automáticos de la era goebbeliana.

Y todo porque un amplio sector social, ha roto las cadenas del control mediático que se ha construido con recursos públicos para defender la gestión del partido de gobierno, y reclama que cesen las componendas corruptas y que se acabe la impunidad desde una justicia formada por sus correligionarios.

Porque, si entienden que pedir lo que se pide es conspirar contra el gobierno, como dicen en sus diatribas, entonces están admitiendo que la corrupción está campeando en el actual gobierno, aunque lo nieguen.

Porque el discurso político de su partido, y del gobierno mismo, es contra la corrupción. Y el pueblo está coincidiendo con ese discurso oficial, pero a los dirigentes del gobierno del estado no les gusta esa coincidencia.

Temen que su discurso retórico se convierta en verdad. Porque “no es lo mismo llamar al diablo que verlo venir”, y tendrían que hacer reales sus teorías.

Asi, una cosa es el discurso político contra la corrupción, y otra es un pueblo hastiado de ver como se le pone de mojiganga,con funcionarios diciendo una cosa mientras se hace todo lo contrario, y con prevaricadores que reúnen fortunas fabulosas que no han sido capaces de explicar.

Porque la única explicación los coloca delante de un juez y los altoparlantes lo saben y le temen.

Porque prevarican los funcionarios prevaricadores y los altoparlantes reverberantes también, mientras le sacan la lengua a la sociedad cuando dicen defender lo que practican a los ojos de todo el mundo.

Porque hay que defender la teta como la defienden las garrapatas que le chupan la sangre a la res nacional, mientras los zánganos le hacen reingeniería y factoring con la leche contaminada con los ácaros.

Y se alían también con cuatreros extranjeros para arrancarle los filetes a la res, sobrevaluando obras después de haber sobornado a las rémoras por la aprobación de préstamos y contratos.

Y los altoparlantes, no quieren que el pueblo intervenga en la clarificación de esos negocios de “alta política”. Porque están ellos para ser los paladines en la defensa, de la que dicen es su verdad, y de su teta.

Porque en la línea de fondo, al pasar balance, lo que importa es la teta y lo que ésta da.

¡Y esa teta sí da!

Y lo que da la teta ha hecho maravillas en las finanzas de esos dichosos comunicadores bocineros. Un toque mágico, que los ha engordado como a cerditos de navidad durante el año entero chupando.

Y por eso, bocinean, satanizando las iniciativas, contra la corrupción y la impunidad, de los sectores sociales que ellos señalan como políticos, como si no tuvieran razón y derecho a condenar a los corruptos.

Porque esta corrupción palpable, es humana y no puede ser ajena a la sociedad que la padece.

Y, por su vocinglería, se desata la represión y la búsqueda de “expedientes” y “colas que pisar” a los organizadores de las protestas. Bulos, que se difunden con proporciones geométricas por los medios disponibles, que son muchos.

Todos pagados por la misma corrupción.

Y motivan también la represión de los cancerberos de los zánganos. Quieren que los sectores sociales que protestan, dejen de protestar por miedo a las consecuencias que se comienzan a ver en todo el país.

Porque ellos alegan que no son corruptos, pero no quieren que se investigue ni se castigue a los corruptos. No “quelen” que los sobornados se encuentren entre sus compañeritos para que no les quiten su chupetica.

Y a ellos su teta. La inefable teta que provee la motivación para atacar a la fuente de todo el poder público porque reclama transparencia, honestidad y el fin de las componendas para sustraer los fondos públicos.

Porque las bocinas sin su teta no tienen razón de ser. Puestos en juntas de dirección bancaria, editorial y de empresas estatales; direcciones de relaciones públicas; direcciones de comunicación; y mucha publicidad, mucha publicidad, amplia y generosamente “pagada”, son partes del tejido mamario que constituyen la sabrosa teta.

Por eso, pareciendo nadar contra corriente, atacan a los organizadores de las protestas contra la corrupción y la impunidad. Por eso acusan en lugar de ser acusados.

Porque no quieren soltar la teta.