Por Lic. Yenifer Altagracia Gil
Suenan las campanas, los aplausos, ya se sienten las felicitaciones entre amigos, entre hermanos y es que un nuevo año está por empezar. Despedimos el 2016 y nos preparamos con júbilo para recibir el 2017.
Un año que termina, otro que empieza. Con él se van tantos recuerdos de momentos felices y de otros que no lo fueron tanto. Se siente la alegría por el deber cumplido de tantos sueños y metas propuestas al inicio que hoy vemos concretadas. Familiares y amigos que ya no están, porque Dios los puso en otro lugar, cambio de planes porque los que teníamos eran diferentes a los que nos tocaban vivir…risas y lágrimas adornaron este 2016, pero como todo en la vida pasa hay que dejarlo ir y seguir caminando.
Tienes delante, 365 nuevas oportunidades para iniciar aquello que no pudiste, o para terminarlo, para decidirte a intentarlo y sobre todo lograr tus metas y propósitos. Es tiempo de luchar, de creer en ti, de hacer aquello que te haga feliz, de tomar esas difíciles decisiones que has postergado durante mucho tiempo y que sabes que cambiarían tu vida o al menos parte de ella.
Declara este 2017 como un año de victoria, no importa cuántas veces hayas fallado, inténtalo nuevamente, pues nunca es tarde para empezar. ¡Di a ti mismo (a) este es mi año! Renueva tus fuerzas, tus energías y piensa: Yo quiero, yo puedo y yo lo voy lograr porque mi fuerza interior es más grande que lo que exteriormente puedo evidenciar.
Les invito amigos, a no detenerse, a menos que sea necesario para revisar, ajustar y continuar. Les invito a creer que todo es posible. Les exhorto que sueñen, que se proyecten, que se reten y que busquen oportunidades pues siempre están ahí para aquellos dispuestos a aprovecharlas.
Concluyo recordándoles: “Que planes bendecidos por Dios, son siempre un éxito”.