¿Pragmatismo o tigueraje?

Ing.-Leo-SanchezMientras se hacen, en algunos aposentos altos, los amarres de chiva necesarios y suficientes para que el partido de gobierno siga manteniendo el control de la escena política nacional, a la vista de todos, se retuerce el derecho constitucional y de un partido y su militancia a tener una voz en el CNM y que, constitucionalmente le corresponde sin necesidad de amarres o interpretaciones oscuras del “pedazo de papel” que sirve para todo, menos para ir dar del cuerpo.

El partido de gobierno, tiene todo el control en los mecanismos de poder en el país y, a pesar de la división interna, la supervivencia partidaria les impone la unidad de propósitos de controlar todo vestigio de poder que pudiera estar fuera del control de su CP, el cenáculo que concentra el poder de decisión por encima de las leyes.

Se aseguraron de eso, durante una sucia campaña política, con todo el derroche de recursos de que fueron capaces, -y se atreven a mucho- aunque volvieran a gastar el dinero que no era suyo y creaban otro enorme agujero deficitario en las finanzas públicas.

Pero, como tienen todas las posibilidades, no les ha importado que se les vea el sucio refajo y la angurria por un voto dentro del CNM que claramente no les corresponde, ni a sus aliados, pero lo quieren también.

No pensaron en ello, cuando amarraron todos los borregos electorales que hicieron fila detrás del presupuesto nacional.

¡Pero lo quieren todo!

Esa, ha sido su única impronta desde que desataron su verdadera naturaleza y arrebataron todo, como una apisonadora sin frenos ni recato de ninguna índole moral o legal.

Y ahora, también quieren el senador que corresponde a la segunda mayoría en el Senado de la República, mandando a una comisión la discusión del tema, obviando la letra constitucional.

Porque su deseo, es proporcional al miedo de perder el control de la justicia.

Es un intento público de volver a violar la constitución.

Porque, es un tema que no tiene aristas ni discusión posible, pero ellos quieren discutir lo indiscutible, torciendo los procedimientos y el derecho constitucional mismo.

¡Ya están acostumbrados a ello!

Porque sienten que pueden, con todo el poder que ostentan y usan.

Parecen buscar, convertir a un aliado electoral en segunda mayoría, que es lo que la comisión de marras iría a discutir para concluir según los intereses que guían tal iniquidad.

Porque en un contexto ético, la constitución no puede ser amañada, y no es sujeto de interpretaciones acomodaticias porque, al menos en este caso, es muy clara y definitoria.

El electo, ¡debe ser un senador de la oposición!

Pero, como en todo hasta ahora, quieren torcer la ley de leyes para alzarse con el control total en el CNM y no tener ese voto incomodo que pudiera empañar su mayoría aplastante para mantener bajo control la selección de los jueces de la SCJ, el TC y el TSE.

¡Que no es poca cosa!

Necesitan los nuevos jueces de la Suprema Corte de Justicia, que deberáncontinuar garantizando las impunidades necesarias para no tener que explicar las mágicas fortunas que, como la verdolaga, les han crecido como si del pan debajo del brazo se tratara.

Igual, quieren mantener control en la selección de los jueces del Tribunal Superior Electoral que tantas ventajas les ha rendido desde su primera formación bajo su sombrilla partidaria.

Lo mismo que el Tribunal constitucional, con sus cuestionadas sentencias.

Aun estando 5 votos a 2, según la composición actual del congreso, que en realidad es 6 votos a 2, con el doble voto presidencial, parece que no se sienten cómodos con tal ventaja.

Quieren el voto del senador que “pertenezca a un partido o bloque de partidos diferente al del Presidente del Senado y que ostente la representación de la segunda mayoría”.

Y todavía, no han enunciado su estratagema para capturar el voto opositor de la Cámara de Diputados que debe ser elegido bajo el mismo principio de un diputado de un partido o bloque departidos distinto al del presidente de la Cámara de Diputados.

¿Para qué, entonces, el envío a comisión de un tema que no tiene discusión posible, más allá de lo obvio?

Para evitar tener que usar el peso del doble voto del Presidente de la República y obligarle a “mojarse”, poniendo en riesgo su popularidad mediática que tanto dinero nos han costado y nos sigue costando.

Parecen desesperados por ese voto senatorial que, también, parecen necesitar al tenor de la aritmética necesaria para mantener la hegemonía de que disfrutan para mantener secuestrado el estado.

¡No se sacian!

Han podrido la institucionalidad política, jurídica y social del país y, ¡van por más!

Parecen entender, también, que la sociedad esta subyugada por sus acciones de intrépido descaro; ¡pasmada por su osadía sin límites!

Porque entienden que todo les luce y nada les es vedado y que lo merecen todo, en el amplio contexto de la palabra todo.

Y que no puede haber ninguna reacción que les perjudique, aunque sigan viniendo por más.

Para comérselo solos, en medio de su tigueraje que llaman pragmatismo; esa descarada actitud que los ha llevado a creerse dueños del país.

¡Los verdaderos dueños del país!