Pequeños grupos de intereses intentan boicotearla, pero el gobierno avanza en su compromiso con la transparencia y el equilibrio fiscal
Por Nelson Peralta
La reforma fiscal es una medida necesaria y urgente para asegurar el desarrollo sostenible de la economía dominicana, según diversos economistas y expertos en el país. En este sentido, cualquier protesta en su contra ha sido calificada como «insensata» y promovida por pequeños grupos de interés, beneficiados históricamente por exenciones fiscales otorgadas por el Estado, que ahora se resisten al cambio y a la transparencia en la inversión pública.
El presidente Luis Abinader, comprometido con su responsabilidad de liderar esta transformación, ha decidido asumir el costo político que conlleva la reforma, una decisión que muchos de sus antecesores prefirieron evitar. De acuerdo con analistas como Aristy Escuder, Magín Díaz y Andy Dauhajre, la valentía del mandatario al enfrentar el desafío de una reforma tributaria en estos momentos cruciales es digna de reconocimiento.
El principal objetivo de la reforma fiscal es corregir un déficit de RD$122 mil millones, que ha sido identificado como un riesgo para la estabilidad económica del país. La propuesta fue presentada al Congreso a través de la Cámara de Diputados y ha sido enviada a una comisión especial que, a partir de este lunes, comenzará un proceso de diálogo y consenso con los sectores potencialmente afectados por los cambios fiscales.
Entre las medidas más relevantes de la reforma se encuentra la eliminación de exenciones fiscales para sectores como el cine, el turismo y las zonas francas. Estas áreas han recibido históricamente beneficios del Estado, pero ahora se plantea que es el momento de ajustar sus condiciones para garantizar un sistema tributario más equitativo y eficiente.
Un esfuerzo por la transparencia y el bien común
El gobierno ha dejado claro que, aunque la reforma implicará ciertos sacrificios, estos ajustes son necesarios para fortalecer la economía y asegurar un futuro más estable. «La reforma no solo es una necesidad impostergable, sino que también es una responsabilidad que todos los sectores del país deben asumir en nombre del progreso y el compromiso nacional», afirmaron las autoridades.
Por su parte, los organismos internacionales también han respaldado la importancia de la reforma fiscal en el país, destacando que es fundamental para tapar el déficit y generar mayores ingresos para la inversión en áreas críticas como la salud, la educación y la infraestructura.
A pesar de la resistencia de algunos grupos que intentan boicotear la reforma, el gobierno reafirma su compromiso con la transparencia y la equidad, abriendo un espacio de diálogo para que todos los sectores puedan expresar sus inquietudes y trabajar juntos en la construcción de un sistema fiscal más justo.