Muere Alberto Fujimori, el expresidente venerado y odiado en Perú

Fujimori falleció este miércoles en su vivienda en Lima donde se recuperaba de un tratamiento contra un cáncer de lengua, según informó su familiar

El expresidente Alberto Fujimori, fallecido este miércoles a los 86 años, gobernó Perú con mano de hierro entre 1990 y 2000, derrotó a la guerrilla maoísta de Sendero Luminoso y estuvo preso 16 años por crímenes de lesa humanidad.

Descendiente de japoneses, ingeniero agrónomo de profesión y con una exitosa trayectoria como docente universitario, se convirtió en 1990 en el primer hijo de inmigrantes en conquistar la presidencia de Perú, al vencer en las urnas al archifavorito escritor Mario Vargas Llosa.

Considerado racional y metódico, aplicó mano dura para desmantelar las guerrillas y fue a la cárcel por violar derechos humanos.

Fujimori falleció este miércoles en su vivienda en Lima donde se recuperaba de un tratamiento contra un cáncer de lengua, según informó su familia.

Además de cáncer lingual, el expresidente padecía diversos problemas de salud, como fibrilación auricular y dolencia pulmonar e hipertensión.

Había sido excarcelado en diciembre pasado, cuando el Tribunal Constitucional de Perú restituyó el indulto que le habían otorgado en 2017 por razones humanitarias.

Fujimori cumplía desde 2009 una condena por «crímenes contra la humanidad» en el penal Barbadillo, una pequeña cárcel para expresidentes al este de Lima, por la muerte de 25 personas en dos matanzas perpetradas en 1991-1992 por un escuadrón del ejército.

Que «la historia» me «juzgue»

El expresidente Pedro Pablo Kuczynki (2016-2018) le concedió el indulto a finales de 2017. Pero poco tardó en perder la libertad. A principios de 2019 volvió a la cárcel, después de que un juez anulara la medida de gracia.

«Que la historia juzgue mis aciertos y mis errores», escribió el expresidente al cumplir 80 años, el 28 de julio de 2018, en un manuscrito enviado a la AFP, donde expresó su convicción de haber sentado las bases de un país que llegará a ser «líder en América Latina».

«En los contados años que me quedan me dedicaré a tres objetivos: unir a mi familia, mejorar en lo que pueda mi salud y hacer un balance equilibrado y sereno de mi vida. Esos son mis tres principales metas al cumplir mi octava década de existencia», señaló entonces.