El presidente ruso, Vladimir Putin, anunció este jueves que planea viajar a China el próximo mes de mayo, en una muestra más de su acercamiento al gigante asiático. Se trata de su primer viaje al exterior desde su reelección y, posiblemente, ocurra tras su investidura, el 7 del mes.
“Se planea una visita a China en mayo”, dijo el mandatario durante el Congreso de la Unión de Industriales y Empresarios, evitando dar mayores detalles, mientras su portavoz, Dmitri Peskov, sumó que toda la información será brindada junto con la parte china, llegado el momento.
La visita de Putin es la segunda al país en menos de un año -ya había estado allí en octubre de 2023- y es una nueva señal del estrecho vínculo que las naciones mantienen. Desde el estallido de la guerra en Ucrania, China reforzó su papel de principal aliado y socio comercial de Moscú.
Poco antes de aquel febrero, Xi Jinping y Putin habían anunciado una “amistad sin límites” que, poco después, quedó evidenciada en respaldos internacionales, cooperación militar, intercambios comerciales e influencia mundial. También, se vio claramente con las reiteradas visitas de funcionarios de ambas partes, como por ejemplo la de Serguei Lavrov a Beijing, el pasado 9 de abril.
Entonces, junto a su par, Wang Yi, mantuvo un “intercambio profundo sobre distintos temas candentes internacionales y regionales” y coincidieron en que “como miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU y las grandes potencias emergentes, China y Rusia deben situarse claramente del lado del progreso histórico, la equidad y la justicia”.
En consecuencia, Occidente ha encendido sus alarmas, urgiendo a Beijing a no cooperar con el Kremlin y permitirle evadir sanciones que buscan impedir la continuidad de su ofensiva.
Semanas atrás, servicios de Inteligencia de Estados Unidos expusieron que las ventas de máquinas, microelectrónica y otras piezas clave que Rusia necesita para fabricar misiles, tanques, aviones y cualquier otro armamento han aumentado significativamente en el último tiempo. Por ejemplo, en lo que respecta a microelectrónica, el último año, el 90% de las piezas que llegaron a Moscú procedían de China mientras que de los USD 900 millones que Rusia gastó en la importación de máquinas en el último trimestre de aquel año, el 70% se rastrearon hasta Beijing.
China ha negado en reiteradas ocasiones su asistencia pero ello no ha llevado más tranquilidad a los aliados.
Así, el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, inició este jueves una gira en el país con miras a abordar “de forma responsable” con su homólogo este y otros temas que generan preocupación en Washington.
Blinken encabeza su segunda gira por el país en menos de un año, en la que ya abogó por una gestión responsable de las diferencias entre las naciones (REUTERS)
“Tenemos la obligación hacia nuestro pueblo -e incluso hacia el mundo- de gestionar las relaciones entre nuestros dos países de manera responsable. Creo que es importante destacar el valor -más bien la necesidad- de hablar entre nosotros, exponer nuestras diferencias, que son reales, buscando resolverlas”, sostuvo al aterrizar por segunda vez en menos de un año en la nación.
La agenda del funcionario, que prevé reuniones con otros altos mandos del Partido Comunista, debatirá también las tensiones sobre Taiwán y las practicas comerciales desleales.