De ahí la importancia que reviste el encuentro realizado por la Unión Nacional de Escuelas y Colegios Católicos del 12 al 14 de este mes en Pinar Quemado, Jarabacoa. Su tema fue los futuros de la educación: aprender a transformarse.
En su objetivo plantearon: Realizar un recorrido por las nuevas formas de reimaginar y diseñar la construcción de pedagogía corporativa y solidaria que generen cambios fundamentales procesos de enseñanza aprendizaje.
Nos unimos a este propósito porque es urgente que la escuela dominicana se encamine por nuevos senderos. La crisis de valores que presenta demanda acciones concretas para detener el deterioro que presenta.
La relación entre educador y educando se agrieta cada día. La deserción de alumnos que no completan sus estudios, y la falta de entusiasmo para capacitarse son algunos elementos que nos inquietan, al vislumbrar un futuro sin horizonte para la patria.
Pensábamos que el logro del 4% para la educación borraría por siempre el atraso que arrastramos por décadas reflejado en la deficiencia de nuestros estudiantes en comparación con países del área. Duele admitir que tantos recursos destinados para tener un sistema educativo acorde a los nuevos tiempos hayan tomado otro rumbo.
Necesitamos una nueva escuela que sea un manantial en donde nuestros alumnos satisfagan la sed de un desarrollo integral que les permita ser agentes de cambio, y así tener la nueva sociedad que anhelamos.