Luis Estrella
En los últimos tiempos, se ha estado comentado sobre una posible alianza para las elecciones municipales, entre el PLD y la FP. Aunque en política nada se debe descartar, las posibilidades de esta alianza son muy remotas.
Ambas organizaciones luchan por un mismo objetivo, que es el de quedar en un segundo lugar, para disputarle al PRM la presidencia, en caso de que se produzca una segunda vuelta electoral en las elecciones de mayo del 2024.
Además, entre el PLD y FP hay una lucha silente pero descarnada por quedarse con la supremacía de la oposición y de esa manera convertirse en la segunda fuerza política del País. Hasta el momento la FP lleva la delantera, ya que ha logrado atraer a sus filas 12 diputados, 3 senadores, decenas de miembros del CC, así como miles de militantes de lo que ellos llaman el viejo partido.
Aunque a nivel público esa práctica ha disminuido, en la intimidad todos sabemos que la labor para atraer miembros de una organización a otra continúa. Y eso es lo normal, porque ambas entidades se desenvuelven dentro del mismo nicho de votos, por lo que para una crecer, debe de ser perjudicando la otra.
Lo más que se puede producir dentro de un marco de entendimiento, para resistir la embestida del PRM, es un acuerdo de no agresión pública, lo que podría considerarse como una tregua momentánea. Aunque en la práctica eso no va a cambiar nada, porque los intereses por lograr cada quien sus propósitos, continuarán de manera subrepticia.
Leonel a nivel de simpatía luce sólido en un segundo lugar, pero a nivel de partido el PLD supera a la FP, lo cual obliga a que las estrategias giren alrededor de esa realidad. Abel por lograr igualar la simpatía de su partido y Leonel por mantener los votos de peledeistas, que todavía lo prefieren, ya que su organización FP no ha logrado crecer lo suficiente.
Como podemos colegir, la situación entre el PLD y FP no es tan simple como muchos quieren presentarla, es un entramado complejo, que está por encima de voluntades particulares. Los que, dentro de ambas organizaciones, sólo se detienen en ver el asunto acorde al interés de lograr candidaturas locales, están muy perdidos.
Leonel y Abel lo que quieren es ser presidentes, o por lo menos lograr que sus organizaciones salgan fortalecidas del proceso y con la percepción de ser la fuerza a vencer para el 2028. Para lograr esa situación, es vital el papel que cada quien tenga en las elecciones municipales.
Quien saque mayor cantidad de alcaldes, directores de Distritos y cantidad de votación en sentido general, entre ambas entidades, PLD-FP, tendrá a su favor un aliado fundamental para la segunda vuelta si la hubiera, que es la percepción. Quizás muchos no lo entienden, pero la percepción, en la mayoría de los casos, es más determinante que la realidad.
Reitero que dos organizaciones con el mismo nicho de votos, que luchan por el mismo objetivo y que una surge como negación de la otra, una alianza es muy difícil. Y en caso de producirse, sería sobre la base de una ceder sus propósitos momentáneos por la otra, lo que muchos considerarían un suicidio político.
Desde mi punto de vista, lo más que se podría producir entre el PLD y FP, es un acuerdo sin compromisos, donde cada quien marche por su lado, sin agredirse ni fomentar odios ni resentimientos. Lo cual crearía un ambiente favorable para una alianza en una posible segunda vuelta electoral.
Por Luis Estrella