Trabajó seis entradas de calidad y el relevo azul estuvo impenetrable. Los Tigres ahora dominan la final 2-1
Fue un clásico. Puro picheo de ambos bandos, a casa llena en el Estadio Quisqueya, solo una vez se pisó la goma y el equipo azul se llevó la mejor parte.
Esmil Rogers trabajó seis entradas de apenas cuatro imparables, dos bases por bolas y cuatro ponches, dominando con el buen comando de sus picheos rompientes, para conducir la victoria 1-0 del Licey sobre las Estrellas Orientales y ahora los Tigres dominan 2-1 la serie final del campeonato otoño-invernal dominicano.
Las Estrellas ganaron el primero en el Quisqueya el viernes, pero el sábado los añiles igualaron las acciones tras imponerse 8-3 en San Pedro de Macorís. El gran veterano zurdo Raúl Valdés laboró durante siete entradas de dos carreras y los bates de Mel Rojas Jr. y Dairon Blanco produjeron cinco anotaciones para los pupilos de José Offerman.
Ayer, en la jornada que comenzó poco después de las cinco de la tarde, los departamentos de producción de ambos bandos fueron frenados.
En el inicio, fue un duelo de picheo entre Rogers (1-0) y el zurdo de las Estrellas Domingo Robles (0-1).
Los movimientos en las bases estaban lentos, pocos llegaban a la segunda y Emilio Bonifacio arribó a la tercera por doble y error del jardinero izquierdo de las Estrellas en el tercer episodio, pero se quedó allí esperando remolque debido a que Robles dominó a Ronny Mauricio con rodado a la antesala con el cuadro adentro y luego ponchó a Jorge Alfaro.
La única anotación del partido fue en la parte baja del cuarto. Después de un out, un ponche a Ramón Hernández, Mel Rojas Jr. se embasó por error en tiro del paracorto Gustavo Núñez y pasó a segunda en un toque de Dairon Blanco, quien quiso sorprender a las Estrellas, pero Robles pudo eliminarlo por la vía 13 (del lanzador al primera base).
Con dos outs y en conteo de 3-2, Sergio Alcántara pegó su primer imparable de la final, un doble por el bosque izquierdo que remolcó a Rojas Jr.
Después de ahí, los brazos del Licey fueron una especie de muro. Oliver Ortega entró en el séptimo y después de dos outs permitió sencillo de Junior Lake y dio base por bolas al emergente Sandber Pimentel. Fue sustituido por Jonathan Aro, el derecho que con un lanzamiento dominó a Núñez con elevado en zona foul que atrapó el tercera base Mauricio.
J.C. Mejía trabajó un octavo acto de uno, dos y tres, la misma fórmula que aplicó Jairo Asencio en el noveno para preservar la victoria con su primer salvamento.
El coloso del Ensanche La Fe estaba teñido de azul con ciertos toques verdes. Los Tigres están a mitad de camino para la corona 23. El de ayer, es uno de esos partidos difíciles de olvidar. La final descansa hoy y continuará mañana con el cuarto partido en el Estadio Tetelo Vargas de San Pedro de Macorís.