Valdez Albizu destaca RD alcanza 5.9 millones de usuarios de internet banking

El gobernador del Banco Central de la República Dominicana (BCRD), Héctor Valdez Albizu, ofreció la conferencia ‘Tendencias regulatorias en banca digital, seguridad de la información, ciberseguridad e innovación financiera (Hub de Innovación)’, durante la celebración del Congreso Latinoamericano de Tecnología e Innovación Financiera (CLAB) 2022, un evento organizado por la Federación Latinoamericana de Bancos (FELABAN).

Valdez Albizu comenzó refiriéndose al proceso de transformación digital que está experimentando el sistema financiero dominicano, destacando que ‘en 2014 los usuarios de internet banking en nuestro país sumaban 1.4 millones, mientras que en septiembre de 2022 la comunidad asciende a 5.9 millones de usuarios’.

El gobernador asoció este importante hito alcanzado en la República Dominicana con la aprobación por parte de la Junta Monetaria de iniciativas tendentes al incentivo del uso de los canales digitales para los productos y servicios financieros. En ese sentido, resaltó que la Junta Monetaria aprobó y ya está operando en el país el primer banco múltiple completamente digital, de capital local. “Esto es un hito en la historia del sistema financiero dominicano, y estoy seguro que no será el único”, expresó.

En un orden similar, expuso que ‘en 2018 existían 20 empresas de tecnología financiera, mientras que entrado el 2022 ya operan en el mercado local 50 de estas entidades, proveyendo servicios en segmentos como pagos, gestión de finanzas personales y empresariales, financiamiento alternativo, activos financieros y mercados de capitales, entre otros”.

Ecosistema de pagos

Valdez Albizu destacó que ‘la Junta Monetaria en 2007 sentó las bases y la motivación para que se creara en el país un ecosistema de pagos dinámico, moderno, seguro y confiable, sobre la base del Reglamento de Sistema de Pago emitido por el mismo organismo. Sirva de ejemplo que el Servicio de Pagos al Instante, cuyo crecimiento ha mantenido una tendencia exponencial, alcanzándose para el periodo enero-octubre de 2022 un incremento de un     47.3 % en el volumen de pagos liquidados en el sistema Liquidación Bruta en Tiempo Real (LBTR) del Banco Central, con respecto a igual periodo del año anterior, y un 338.9 % con relación a 2019”.

Seguidamente, señaló que ‘catorce años después, la nueva versión del reglamento incluye, entre otras novedades, la creación de las empresas de pagos electrónicos (EPEs), que juegan un rol complementario a la banca tradicional”.

Monedas digitales

El gobernador se refirió a ‘las monedas digitales que pudieran emitir los bancos centrales (CBDC por sus siglas en inglés), originadas y transferidas por medios digitales, y que contarían con el respaldo de los entes emisores’. A este respecto agregó que ‘al igual que otros bancos centrales, estamos agotando una fase de análisis y explorando la naturaleza, el impacto monetario y la funcionalidad de estos esquemas, contando con la asesoría del Fondo Monetario Internacional (FMI).

Asimismo, citó el Reporte Económico Anual 2022 del Banco Internacional de Pagos (BIS), en el que se recoge que ‘un sistema basado en el dinero de bancos centrales ofrece una base más sólida para la innovación, asegurando que los servicios sean estables e interoperables, a nivel nacional y transfronterizo’.

El reto de la ciberseguridad

Valdez Albizu indicó que el Banco Central ejecutó una serie de acciones tendentes al fortalecimiento de las funciones en materia de seguridad cibernética y de la información de todas las entidades reguladas, con la finalidad de contribuir a la protección de las plataformas tecnológicas de los participantes directos e indirectos del Sistema de Pagos de la República Dominicana (SIPARD).

En ese tenor, mencionó en primer lugar la elaboración del Reglamento de Seguridad Cibernética y de la Información, aprobado por la Junta Monetaria en noviembre de 2018, asegurando que ‘gracias a la implementación de este reglamento, las entidades del sistema financiero nacional estuvieron mejor preparadas para enfrentar durante la pandemia el incremento de los ciberataques a nivel mundial, y no tuvimos nada que lamentar en ese sentido’.

En segundo lugar, se refirió a ‘la creación de una estructura centralizada, el Centro Sectorial de Respuesta a Incidentes de Seguridad Cibernética para el Sector Financiero y de Pagos (SPRICS), bajo la dependencia administrativa del Banco Central, que entró en operación en 2020. Su objetivo es apoyar a las entidades del sistema en la mitigación de los efectos y la propagación de posibles eventos de ciberseguridad, que a su vez pudiesen devenir en un riesgo sistémico o reputacional. Actualmente cuenta con 80 participantes conectados: bancos, mercado de valores y administradores de sistemas de pagos’.

Integración de Centroamérica

El gobernador Valdez Albizu aprovechó para anunciar la primicia de que ‘los bancos centrales de Centroamérica, con quienes operamos el sistema de pagos regional (SIPA), estarán interconectados a nuestro Centro Sectorial de Respuesta a Incidentes, al ser aprobado porel Consejo Monetario Centroamericano (CMCA) en su pasada reunión’.

Inclusión financiera

En lo que respecta al importante apartado de ‘inclusión financiera’, Valdez Albizu expresó que ‘acabamos de lanzar la Estrategia Nacional de Inclusión Financieracon líneas de acción apoyadas fuertemente en la tecnología, en la construcción de ecosistemas de pagos digitales y en una educación financiera inclusiva y multicanal. Estamos convencidos que la inclusión financiera es un habilitador clave en la lucha contra la pobreza y el crecimiento económico de nuestro país”.

Hub de Innovación Financiera

A continuación, el gobernador destacó la creación del Hub de Innovación Financiera ‘que, con el apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), y con el concurso de las superintendencias de Bancos, del Mercado de Valores, de Seguros y de Pensiones, fue lanzado en febrero de este año. Dicho hub permitirá potenciar las iniciativas privadas en esta materia, fomentando su factibilidad y sostenibilidad. Estoy seguro de que trabajando juntos, lograremos grandes avances en beneficio del sistema financiero y del país”.

Valdez Albizu recalcó que ‘la confianza se basa en la credibilidad, la transparencia y el respaldo. Por lo tanto, frente a un futuro digital, que trae grandes transformaciones a la sociedad y la economía, cobra especial importancia el rol de los bancos centrales, para contribuir a que los agentes económicos puedan desarrollar sus labores en un entorno de certidumbre’.

Discurso íntegro del gobernador del Banco Central de la República Dominicana

Palabras del gobernador del Banco Central de la República Dominicana,
Héctor Valdez Albizu, en el Congreso Latinoamericano de Tecnología e Innovación Financiera, organizado por la Federación Latinoamericana de Bancos (FELABAN), Santo Domingo, 28 de noviembre de 2022.

“Tendencias regulatorias en banca digital, seguridad de la información, ciberseguridad e innovación financiera (Hub de Innovación)”

  • Señor Giorgio Trettenero, secretario general de FELABAN;
  • Señor Marco Antonio Rodríguez, presidente del Comité Latinoamericano de Automatización Bancaria (CLAB);
  • Señora Rosanna Ruiz, presidente ejecutiva de la Asociación de Bancos Múltiples de la República Dominicana (ABA) y vicepresidente de FELABAN;
  • Señor Joel Santos, ministro de la Presidencia;
  • Señor Victor Bisonó, ministro de Industria y Comercio;
  • Señor Alejandro Fernández, superintendente de Bancos;
  • Distinguidos presidentes y representantes de gremios y entidades del sector financiero latinoamericano;
  • Distinguidos expositores y panelistas;
  • Señoras y señores:

Es para mí un gran placer dirigirme a ustedes en este importante congreso regional y saludarlos cordialmente, en nombre de las autoridades del Banco Central de la República Dominicana y en el mío propio. A su vez, quisiera agradecer a la Federación Latinoamericana de Bancos, en la persona de su secretario general, señor Giorgio Trettenero, y a la Asociación de Bancos de la República Dominicana, en la persona de su activa y apreciada presidente ejecutiva, señora Rosanna Ruiz, por la invitación que nos hicieran para hablar en este relevante evento, tan oportuno para la República Dominicana y demás países aquí presentes, en un tiempo de gran innovación financiera.

Como es del conocimiento de todos los presentes, el negocio bancario ha experimentado transformaciones sustanciales en la última década, impulsado por el desarrollo tecnológico y los cambios en las necesidades de los usuarios financieros, que han motivado el tránsito del quehacer financiero desde los espacios físicos a los entornos digitales. Asimismo, han surgido empresas de tecnología financiera o Fintechs, que compiten, y también complementan, a la banca tradicional.

Por lo anterior, y atendiendo la solicitud que nos hiciera FELABAN, quisiera dividir estas palabras en tres temáticas distintas, pero complementarias. En primer lugar, me referiré a las tendencias regulatorias en banca digital; luego, les comentaré sobre nuestras experiencias recientes en materia de ciberseguridad en el sistema financiero y de pagos de la República Dominicana, y, finalmente, les presentaré unas breves pinceladas sobre la visión de nuestro Banco Central en lo que respecta a la innovación financiera.

Amigos, para hablar de tendencias regulatorias en banca digital, es preciso referirme antes al proceso de transformación digital que ha sufrido la banca dominicana, empezando con las reformas implementadas a partir del año 2006 que crearon el Sistema de Pagos de la República Dominicana. Para que puedan hacerse una idea, en nuestro país, los usuarios de Internet Banking, que en 2014 sumaban 1.4 millones, al mes de septiembre de este año, alcanzan una comunidad de 5.9 millones de usuarios.

Decir 5.9 millones de usuarios de servicios bancarios digitales en un país de 11 millones de habitantes, es una cifra importante. Pero más importante aún, es que la tendencia de la banca dominicana hacia la digitalización de sus servicios es cada vez mayor.  Incluso, me siento muy complacido de anunciar aquí, que la Junta Monetaria aprobó y ya está operando en el país el primer banco múltiple completamente digital, de capital local. Esto es un hito en la historia del sistema financiero dominicano, y estoy seguro que no será el único.

En un orden similar, hacia 2018 se verificaban unas 20 empresas de tecnología financiera, mientras que entrado 2022, ya operan en el mercado local más de 50 de estas entidades, proveyendo servicios en diversos segmentos, como son los pagos, la gestión de finanzas personales y empresariales, el financiamiento alternativo, los activos financieros y mercados de capitales, entre otros, según informaciones del gremio que las agrupa.

En lo que respecta a regulaciones que impulsan la digitalización, es preciso hablar del Reglamento de Sistemas de Pago. Su primera versión fue emitida por la Junta Monetaria en el año 2007 y sentó las bases y la motivación para que se creara en el país un ecosistema de pagos dinámico, moderno, seguro y confiable.

Como ejemplo, me gustaría mencionar el servicio de Pagos al Instante, cuyo crecimiento ha mantenido una tendencia exponencial, alcanzándose para el período enero-octubre del 2022 un incremento de un 47.3% en el volumen de pagos liquidados en el sistema LBTR del Banco Central, con respecto a igual período del año anterior, y un extraordinario 338.9%, con relación al 2019.

Catorce años después de la emisión de este reglamento, tenemos una nueva versión que incluye las lecciones aprendidas en todos estos años, en los que el ecosistema de pagos del país no ha dejado de evolucionar y crecer.  Una de las principales novedades es la creación de las Empresas de Pagos Electrónicos (EPEs), que vienen a ocupar un nicho de mercado no servido hasta el momento.  De estas, ya una está operando y otra autorizada a operar por parte de la Junta Monetaria. Estas empresas, con su agilidad, jugarán un rol complementario a la banca tradicional.

Antes de pasar al segundo tema de estas palabras, no puedo dejar de referirme en este foro a las monedas digitales que pudieran emitir los bancos centrales (CBDC, por sus siglas en inglés), que serían obligaciones de los mismos, originadas y transferidas por medios digitales, y que contarían con el respaldo de los entes emisores.

A este respecto, al igual que otros bancos centrales, estamos agotando una fase de análisis y explorando la naturaleza, el impacto monetario y la funcionalidad de estos esquemas; contando para ello con la asesoría del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el acompañamiento del Centro de Estudios Monetarios Latinoamericanos (CEMLA), junto a un grupo de bancos centrales.

Siguiendo esa línea, coincidimos con el Banco Internacional de Pagos (BIS), que en su Reporte Económico Anual 2022 afirma, y cito: “…El sistema monetario y financiero del futuro debería combinar características digitales con la confianza en los bancos centrales”, y continúa diciendo: “Se está produciendo una explosión de innovación creativa en dinero y pagos, abriendo perspectivas de un futuro sistema monetario digital que se adapte continuamente para servir al interés público. Un sistema basado en el dinero de bancos centrales ofrece una base más sólida para la innovación, asegurando que los servicios sean estables e interoperables, a nivel nacional y transfronterizo.”

Todo lo contrario a lo que está ocurriendo en el mercado de las criptomonedas, que son activos virtuales altamente volátiles y especulativos, sin sustento legal ni garantías, y muchas de ellas usadas en esquemas Ponzi. Este año, han perdido más de la mitad de su valor, y los expertos pronostican que seguirán bajando. Sobre esto, el Banco Central advirtió a la ciudadanía en el año 2017 y nuevamente en el año 2021, que operar con estos activos es riesgoso. Cito: “Toda persona que adquiera este tipo de activo virtual, sea a modo de inversión o con el interés de usarlo como medio de pago, así como cualquiera que los acepte como forma de pago en transacciones comerciales, lo hará a su solo riesgo”.

Estimados amigos, a mi entender, una de las consideraciones más importantes para la transformación tecnológica del sector financiero es el reto que plantea la ciberseguridad. El delito cibernético es una actividad cuyo crecimiento debemos tratar de frenar a toda costa. Se estima que su costo anual para la economía mundial ronda los 6 trillones de dólares, al año 2021. Esta cifra es más que el ingreso nacional de muchos países, incluso de algunas economías emergentes.

Visto lo anterior, en el año 2016, el Banco Central de la República Dominicana, consciente de que los avances hacia la digitalización en los sistemas financieros provocan una gran dependencia de la tecnología, observó con preocupación el consecuente incremento de los ataques cibernéticos a infraestructuras financieras en otros países.

Por ello, tomamos la decisión de ejecutar una serie de acciones tendentes al fortalecimiento de las funciones en materia de seguridad cibernética y de la información de todas las entidades reguladas, con la finalidad de contribuir a la protección de las plataformas tecnológicas de los participantes directos e indirectos del Sistema de Pagos de la República Dominicana (SIPARD), infraestructura crítica que es el corazón y el sistema circulatorio de la actividad financiera de nuestro país.

De esas acciones, quisiera me permitan mencionar dos. La primera, fue la elaboración del Reglamento de Seguridad Cibernética y de la Información, aprobado por la Junta Monetaria en noviembre de 2018. Aprovecho para comentarles que, gracias a la implementación de este Reglamento, las entidades del sistema financiero nacional estuvieron mejor preparadas para enfrentar durante la pandemia el incremento de los ciberataques a nivel mundial, y no tuvimos nada que lamentar en ese sentido.

La segunda acción a la que quiero referirme es la creación de una estructura centralizada, el Centro Sectorial de Respuesta a Incidentes de Seguridad Cibernética para el Sector Financiero y de Pagos (SPRICS). Este centro, bajo la dependencia administrativa del Banco Central, tiene como fin apoyar a las entidades del sistema en la mitigación de los efectos y la propagación de posibles eventos de ciberseguridad, que a su vez pudiesen devenir en un riesgo sistémico o reputacional. La Junta Monetaria de la República Dominicana aprobó este proyecto, que entró en operación en el año 2020. Actualmente cuenta con 80 participantes conectados: bancos, mercado de valores y administradores de sistemas de pagos.

Este Centro da seguimiento a los eventos de ciberseguridad reportados por los participantes y luego genera las alertas e informes que permiten ejecutar las medidas necesarias a fin de evitar que los ciberataques se materialicen. Con esto, estamos contribuyendo en gran medida a reducir el riesgo sistémico de dichos ataques y, por lo tanto, a proteger el sistema financiero y de pagos de nuestro país.

Quiero aprovechar la ocasión para darles la primicia de que los bancos centrales de Centroamérica, con quienes operamos el sistema de pagos regional (SIPA), estarán interconectados a nuestro Centro Sectorial de Respuesta a Incidentes, pues el Consejo Monetario Centroamericano lo aprobó en su pasada reunión. Con esto, el proceso de generación de inteligencia de amenazas se enriquecerá y profundizará, para beneficio de todas las entidades financieras que participan y de los bancos centrales que he mencionado. Estas, señores, son dos de las armas principales que tenemos para enfrentar las ciberamenazas: la comunicación y la colaboración.

El último tema de mis palabras es la Innovación Financiera. Pero antes de hablarles de tecnología y de iniciativas novedosas, quisiera me permitan hacer una breve reflexión que servirá de marco y telón de fondo a lo que sigue. Es de todos sabido que la realidad que vivimos hoy es totalmente diferente de la que conocimos hace décadas, y hasta de la realidad de hace dos años, antes de la pandemia. El mundo camina hacia una digitalización total, a velocidad vertiginosa. Como individuos, hemos de vivir adaptándonos a esta nueva realidad cada día, cada hora. Quien no sea capaz de hacerlo, se volverá obsoleto. Este estado de cosas nos plantea retos, pero también oportunidades.

¿Por qué les cuento esto? Sencillo. Porque creo que la tecnología existe para servir al hombre, para el BIEN COMUN. La innovación, en sí misma, es vacía si no tiene un propósito. Por eso el reto, amigos, es no dejarnos llevar en una carrera para ser mejores que el otro, como islas. Y la oportunidad es aprovechar todos los recursos que están a nuestro alcance para ser más eficientes, más productivos, pero trabajando en equipo y aportando al bien común. Nosotros, ustedes y yo, tenemos la gran oportunidad de contribuir al equilibrio y a la equidad, pues la economía es revolvente, y si todos los ciudadanos son incorporados al sistema financiero, este crecerá exponencialmente.

Cerrando este paréntesis, la innovación financiera, a mi juicio, tiene tres componentes principales que deben interactuar para que se produzca y avance: un marco regulatorio adecuado, las entidades que la generan y ofrecen, y los consumidores de la misma, que son quienes crean la necesidad y la demanda. No menciono aquí la tecnología ni los esquemas de gobernanza, pues tendríamos tema para varias charlas.

En este punto, amigos, es donde entran ustedes, como generadores de innovación en todos los servicios que ofrecen. El público está demandando eficiencia, disponibilidad, interconexión entre un banco y otro. Ya dije antes que la regulación va acorde con los tiempos; por lo tanto, la decisión está en la cancha de las entidades financieras, para proveer y satisfacer las nuevas necesidades de sus usuarios.

Me alegra comentarles que, siguiendo los indicadores del G20, acabamos de lanzar la Estrategia Nacional de Inclusión Financiera, con líneas de acción apoyadas fuertemente en la tecnología, en la construcción de ecosistemas de pagos digitales y en una educación financiera inclusiva y multicanal. Estamos convencidos que la inclusión financiera es un habilitador clave en la lucha contra la pobreza y el crecimiento económico de nuestro país.

Antes de terminar mis palabras, no puedo dejar de mencionar el Hub de Innovación Financiera que, con el apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y con el concurso de las superintendencias de Bancos, del Mercado de Valores, de Seguros y de Pensiones, fue lanzado en febrero de este año, y que permitirá potenciar las iniciativas privadas en esta materia, fomentando su factibilidad y sostenibilidad. Estoy seguro que trabajando juntos lograremos grandes avances en beneficio del sistema financiero y del país.

Para concluir, amigos, pienso que aún es muy pronto para dilucidar cómo evolucionará el panorama financiero digital, aunque ya tenemos claras señales de la ruta que tomará. Creo que lo más importante es generar CONFIANZA. La confianza se basa en la credibilidad, la transparencia y el respaldo. Por lo tanto, frente a un futuro digital, que trae grandes transformaciones a la sociedad y la economía, cobra especial importancia el rol de los bancos centrales, para contribuir a que los agentes económicos puedan desarrollar sus labores en un entorno de certidumbre.

Tal como comentó recientemente mi amigo Agustín Carstens, Director General del Banco de Pagos Internacionales: “Al aprovechar la base de confianza que ofrecen los bancos centrales, el sector privado puede adoptar lo mejor de las nuevas tecnologías para propiciar un ecosistema monetario rico y diverso. Ante todo, la necesidad del usuario debe orientar la innovación privada, y el interés público debe ser el norte de los bancos centrales.”