Sólo por el hecho de haber tenido el privilegio de llegar a este mundo, debemos ser agradecidos, porque la posibilidad de nacer es una entre 105,000,000.000. Eso equivale a la posibilidad de ganar un premio de la lotería, donde juegan un número todos los habitantes del planeta multiplicado por 15. Algo que parece muy difícil verdad.?
Esto nos indica que estar entre los seres vivientes, es una bendición, aunque por lo general preferimos quejarnos por no lograr lo que entendemos nos merecemos. La ingratitud, nos produce sentimientos negativos, tales como la envidia, ira, celos, odio y ansiedad.
Cuando eres agradecido puedes superar con mayor facilidad los traumas, porque aumenta tu valoración y autoestima. Disfrutas en gran medida, tanto lo que das, como lo que recibes, aumentando tu nivel de generosidad y con ello lo más preciado, el amor y la felicidad.
Algunos científicos testimonian, que cuando se observa un cerebro, las actividades neuronales en zonas estimuladas por acciones de gratitud, lucen como un cosmos en formación, como una nebulosa brillante. Eso es lo que se puede ver en el interior del cerebro como reacción a la gratitud, por lo que en el exterior, no podrá percibirse otra cosa que alegría, risas y felicidad.
La gratitud es un gesto de humildad, nunca una disminución de nuestro valor, ya que amplifica lo alcanzado y demuestra que somos capaces de recibir. Por eso cuando damos las gracias de corazón, no perdemos nada, por el contrario, estamos dejando que nos limpien las heridas y nos permitan comprender que somos seres humanos más completos.
La gratitud logra crear una red solidaria, porque aprendes a dar y también a recibir, lo cual jamás te empequeñece, sino que te hace crecer sin límites hacia lo excelso. Por eso la soberbia puede llevar a muchas personas a desconocer, que dónde está en este momento, es porque muchos han sido parte de esa realidad. Desde los padres, familiares, maestros, amigos y relacionados.
La gratitud siempre será un pan que se multiplica, por lo que como decía Robert Emmons: “La gratitud es una emoción; la ingratitud, una acusación”.