Guatemala, la última puerta para el fútbol dominicano llegar a París 2024

La sub-20 puede elevar el listón con una victoria sobre los chapines

“Que Guatemala no sea México no significa que tendremos un partido más fácil. Si Guatemala fue capaz de vencer a México es porque tiene calidad y muchos méritos y con ese respeto y cuidado lo afrontaremos”.

Lo dice Walter Benítez, el entrenador del onceno masculino sub-20 que el miércoles logró la primera clasificación dominicana a un Mundial de fútbol y que este viernes puede darse un baño de barniz mayor si consigue un triunfo que lo lleve a los Juegos Olímpicos de París.

El de los Olímpicos es territorio desconocido para el balompié dominicano. Los chapines ya fueron a las ediciones de 1968 en México, 1976 en Montreal y 1988 en Seúl.

“El agotamiento no va a impedir que sigamos creciendo, la mentalidad de este equipo es que cada objetivo que nos tracemos hay que superarlo, no hay conformismo porque en el deporte no hay conformismo, si ganamos hoy mañana hay que ganar, pero cómo ganamos, esa es la pregunta, cómo ganas. Ahí es donde está la superación. Estos jugadores tienen la capacidad para convertirse en un equipo de un mayor nivel”, advierte el técnico sin dar pistas sobre cómo afrontará a los guatemaltecos.

Benítez, cubano que ya ha dirigido al seleccionado de mayores de su país hasta cuartos de final de Copa Oro (2013), habla con DL desde Santiago de los Caballeros, donde reside y trabaja con su esposa e hija desde 2019.

No pudo hacer el viaje a Honduras por su estatus legal, pero desde su móvil se mantiene conectado con el resto del cuerpo técnico en Centroamérica. Coordina toda la preparación, desde la alimentación, planteamientos y hasta los cambios, con un Internet que no ha estado del todo bien en tierra catracha.

Benítez advierte que hay jugadores tocados, las victorias ante El Salvador y Jamaica fueron bastante exigentes; fueron dos planteamientos muy distintos y en ambos casos apelaron tuvieron gran parte la pelota con la necesidad de defender ventajas, lo que agota mucho más.

“Sabíamos que El Salvador nos podían hacer mucho daño con su ofensiva, pero siempre observamos el tema defensivo suyo, que, con nuestro estilo, la rapidez de nuestros jugadores y su calidad técnica creímos que podíamos causarle problemas y así fue”, dice Benítez, de 50 años.

“Jamaica es un equipo con un físico mayor, corpulencia, fortaleza, no así en el aspecto de los fundamentos del juego. Ellos generan una ofensiva diferente, ataque directo basado en la velocidad, en el juego aéreo. Eso fue la clave, nos trazamos bien el plan de juego para neutralizar ese tipo de ataques, sabíamos que si poníamos en práctica nuestro modelo de juego en fase ofensiva en los inicios cortos, salir de atrás, generar los espacios, construir en la zona medular y en el último tercio desequilibraríamos en 1-1, eso intentamos y se dio”, explicó el del mayor de las Antillas.