Gran margen de simpatía

Apelo a la comprensión de mis queridos lectores para que, en estos momentos, me excusen mis posibles desbordamientos sentimentales que podría exhibir en esta columna.

Invoco su indulgencia porque me encuentro eufórico por la gran victoria obtenida por el maestro Editrudis Beltrán Crisóstomo para ser electo rector de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, UASD.

Y es que, con su triunfo, Editrudis acaba de dar una gran lección a quienes subestimaron su carrera electoral en la Primada de América.

En su trayectoria de lucha por alcanzar el puesto más importante de la escala personal en la UASD, Beltrán debió soportar las más abyectas provocaciones por parte de sus rivales.

Sin embargo, como gran cristiano militante que es, siempre decía que los perdonaba y exhortaba a sus seguidores para que no contestaran ese tipo de ataques.

Inclusive, mientras más avanzaba en el cultivo de su frondoso y sano huerto electoral, altos funcionarios uasdianos se empecinaban en expeler el veneno del irrespeto moral contra el ahora vencedor de los comicios.

No obstante esa bochornosa acción contra el abanderado de 50 movimientos profesorales, estudiantiles y de empleados administrativos, Beltrán Crisóstomo, ponía énfasis en su proyecto de orientar y conquistar a nuevos militantes de su proyecto.

Mientras quienes le adversaban se hundían en el pantano de la calumnia y las diatribas, Editrudis se fortalecía más.
El día de las elecciones llegó y la familia universitaria votó por su sincero y trabajador maestro de física y matemáticas.
Sobrepasando sus propias expectativas, el calumniado gladiador uasdiano logró vencer contra viento y marea con una amplísima ventaja.

Me imagino que esos resultados en la UASD servirán de experiencia a quienes trataron de verter tanto veneno.
A la frase de “Todo está consumado”, la cual utilicé en una columna anterior, ahora invoco a otro dicho latino.
El que dice reza “Ad quem”, el cual significa el final de un período de tiempo o proceso.