ROMA.- En una entrevista que concedió el 19 de mayo pasado a diez directores de revistas culturales jesuitas de Europa, publicada hoy por el diario La Stampa y La Civiltá Cattolica en diversos idiomas, el papa Francisco volvió a hacer declaraciones polémicas sobre la guerra en Ucrania.
Si bien criticó la “brutalidad y ferocidad” de los rusos y elogió el heroísmo de los ucranianos, consideró que el actual conflicto bélico –que llegó a los 111 días- “quizás de alguna manera fue provocada o no evitada”.
Aseguró que “sería simplista y erróneo” decir que está a favor del presidente ruso, Vladimir Putin, que no se puede reducir un conflicto a una distinción entre “buenos y malos” y se mostró convencido, además, de que “hoy se ha declarado una Tercera Guerra Mundial”.
“Tenemos que alejarnos del patrón normal de La Caperucita Roja: la Caperucita Roja era la buena y el lobo era el malo. Aquí no hay buenos y malos metafísicos, de forma abstracta. Está surgiendo algo global, con elementos muy entrelazados”, dijo. Como ya había hecho en una entrevista con el Corriere della Sera de principios de mayo, el Papa volvió a mencionar el “ladrar de la OTAN a las puertas de Rusia” como un desencadenante del conflicto, aunque explicó de dónde sacó esa idea.
“Un par de meses antes de que empezara la guerra, conocí a un jefe de Estado, un hombre sabio, que habla muy poco, muy sabio. Y después de hablar de las cosas que quería hablar, me dijo que estaba muy preocupado por la forma en que se movía la OTAN. Le pregunté por qué, y me respondió: «Están ladrando a las puertas de Rusia. Y no entienden que los rusos son imperiales y no permiten que ninguna potencia extranjera se acerque a ellos». Concluyó: «La situación podría llevar a la guerra». Esa era su opinión. El 24 de febrero comenzó la guerra. Ese jefe de Estado supo leer las señales de lo que estaba ocurriendo”, evocó.