El jefe de Estado se compromete a ayudar a eliminar el autoritarismo Se proyectó el documental “Trujillo después de Trujillo”
El presidente de la República, Luis Abinader, reconoció la noche de este viernes que en los eventos palaciegos todavía permanecen algunas prácticas que datan de la época del dictador Rafael Leónidas Trujillo, quien el próximo martes 31 de mayo cumplirá 61 años de haber sido asesinado por un grupo de mártires cansados de sus atrocidades.
Y citó como ejemplo: “Cada vez que yo escucho esa palabra ‘excelentísimo señor presidente’; eso es parte todavía de lo que queda”, dijo el jefe de Estado, haciendo referencia a los hábitos referentes al culto a Trujillo.
Abinader entiende que son costumbres protocolares, pero que en su gestión se han ido eliminando. Para cumplir con el sentir, la maestra de ceremonia, quien tiene por costumbre llamarlo así, no lo mencionó al final del evento.
Una de las prácticas trujillistas que eliminó Abinader al llegar al poder fue la sustitución de la fotografía presidencial de las oficinas públicas. Les pidió a sus servidores que coloquen imágenes de sus familias, “para que cada vez que actuaran en sus oficinas vieran a sus familias; entonces, desde ahí actuaran pensando en el legado que van a dejar de sus acciones”. Su antecesor Danilo Medina también lo había ordenado.
Las expresiones de Abinader fueron durante un discurso improvisado luego de proyectarse la premiere del documental «Trujillo después de Trujillo«, producido por El Nuevo Diario, y en el que varios historiadores y sociólogos exponen las crueldades del tirano, así como las costumbres heredadas después de su muerte
En ese sentido, manifestó que el papel de los líderes del país es motivar a los jóvenes a que cambien la idea de que se necesita un Trujillo para resolver ciertos males sociales.
“Aquí no se necesita otro Trujillo, aquí se necesita uno que respete las leyes, que actúe con transparencia, que actúe con eficiencia”, expresó Abinader, quien expuso que no se puede comparar porque son épocas diferentes.
Y a los que piensan que cuando Trujillo no había corrupción, el mandatario les precisó que ese mal estaba monopolizado, debido a que el 51 % del Producto Interno Bruto (PIB) eran los bienes de la familia del dictador.
En su administración, el mandatario se comprometió a “lograr la eficiencia del Gobierno sin caer en el autoritarismo que tanto daño ha hecho a la República Dominicana”.
A la proyección del documental en el Palacio Nacional, asistieron la primera dama, Raquel Arbaje; la vicepresidenta Raquel Peña; Persio Maldonado, director de El Nuevo Diario, servidores estatales e intelectuales del país.