“Yo doy cotorra, yo vivo de la cotorra, chipiando, jodiendo y dándole cotorra a los gringo para buscarme mi cuarto”.
Los presuntos integrantes de la “Red Criminal de los Call Center” no tenían piedad de las personas que eran víctimas de sus estafas; sabían de las condiciones de salud vulnerable de los estafados, y aun así proseguían con su plan, llegando a burlarse de muchas de las situaciones que padecían los agraviados.
En el lenguaje popular muchos dominicanos utilizan la palabra “chipero” para referirse al “tiguere” que se dedica a estafar mediante la clonación de tarjetas o engañar mediante métodos electrónicos, obteniendo significativas sumas de dinero de forma ilícita.
El expediente de la Operación Discovery reseña una conversación telefónica que le interceptaron en fecha 15 de octubre de 2020 al imputado Pablo Miguel Balbuena (La Válvula) en la que habla con el locutor Chico Sandy. En la misma, supuestamente La Válvula le manifestó que quería una entrevista y que se dedica a estafar a los estadounidense “chipiando y dándole cotorra”.
En esta conversación La Válvula también dice ser “un tiguere clásico”, “deportado y que brega”. Se precisa que aunque el Ministerio Público menciona al locutor en el expediente, no es en calidad de imputado.
Ayer el Chico Sandy aclaró que tuvo esa conversación, pero que no tiene nada que ver con esa estructura de crimen organizado.
Los 38 sometidos a través de la Operación Discovery se dedicaban a cometer estafa contactando con sus víctimas e informándoles, de manera engañosa, sobre una situación de emergencia, preocupación, de alarma, ejercían presión psicológica para que la víctima rápidamente accediera a conseguir el dinero y depositarlo a la estructura criminal.
Para darle apariencia de legitimidad al dinero ilícito generado, colocaron millones a través de empresas fachadas de teleservicios, inmobiliarias, dealers, producciones de música urbana, entre otras “operaciones para lavado de activos”.
Los integrantes de la res también organizaban fiestas en las que se consumían bebidas alcohólicas de alto costo, exhibían grandes sumas de dinero en efectivo en las redes sociales, adquirieron vehículos de lujo, y “fronteaba” sus vestimentas y prendas caras.
Ayuda del Dicrim
Mediante las interceptaciones telefónicas, las autoridades también determinaron que los miembros de la red tuvieron ayuda del Departamento de Investigación de Crímenes de Alta Tecnología (Dicat) de la Policía, también de un técnico de una compañía telefónica local.
En el expediente aseguran que la red logró alzarse con cuantiosas sumas de dinero y poseer muebles e inmuebles costosos, vehículos de alta gama, joyas, entre otras.
Por su bonanza económica, el cabecilla manifestó su interés en el último trimestre del 2020 de tener un enlace en la Dicat que le permitiera resguardar sus negocios. Es por esto que le pide a su hermano, el coimputado José Eliezer Rodríguez Ortiz gestionar ese contacto: “le expresa que ellos ya tienen otro nivel económicamente y por ende deben cuidarse y pensar más allá del momento actual en que viven”, dice el expediente.
Un técnico les advirtió
Por otro lado, las interceptaciones telefónicas a uno de los cabecillas, el imputado Sucre Rafael Rodríguez Ortiz (Darimán y/o Dari), determinó que la red recibió la ayuda de un técnico para resguardar el esquema ilícito en un momento cumbre para la organización.
La investigación inició en julio de 2020 y ya para el mes de octubre el FBI habían tomado medidas para evitar las extorsiones. Darimán se dio cuenta y solicitó los servicios de Ángel de Jesús Jiménez Durán, (técnico de una telefónica), establece el expediente.
Luego de realizar la inspección, el técnico de la compañía telefónica le informa a Darimán que “los norteamericanos le están bloqueando las IP porque él está haciendo algo y ellos lo saben”.
Para contrarrestar el bloqueo, el técnico le instaló una VPN (red privada virtual) para cambiar la dirección IP de otro país, a cambio Darimán le prometió una buena recompensa.