Por Luis Estrella
Doña Nani, Que tristeza siento en el alma, que dolor que sale de las profundidades del ser, que pena saber que ya no podré pasarte las manos por la cabeza y recibir en respuesta un amor tan puro y rebosante de auténtica sinceridad.
Cuantas frías nos tomamos juntos, como disfrutabas esos momentos, como te brillaban los ojos y resplandecía tu rostro cuando compartimos esos maravillosos momentos. Siempre me apoyaste, para tí siempre tenía la razón y la última palabra.
Doña Nani, siempre fuiste un ser humano especial, compartimos 15 años, donde aprendí a conocerte y a observarte más allá del cuerpo físico, donde estaba tu esencia ESPECIAL. Tenías un temple y capacidad de trabajo inigualable, con unos valores que se agigantaban ante todos, un ejemplo de dignidad, decoro y bondad.
Te mantuviste trabajando hasta que las facultades físicas y mentales te solicitaron un descanso, pero aún así buscabas la manera de sentirse útil, jamás te diste por vencida. Fuiste una heroína que sin tener grados académicos, nos daba clase a todos en la universidad de la vida.
Nunca te consideré una segunda madre, sino simplemente una MADRE, porque tu amor hacia mí, nacía del corazón, sin condiciones, sin reservas y con la pureza que observamos en las aguas cristalinas. Siempre nos tratamos como madre e hijo, porque en este caso lo biológico compartió el espacio con el amor.
Doña Nani, siempre serás un ejemplo de agnegación, una madre soltera que realizó con dignidad múltiples trabajos, pero jamás cediste ni un milímetro a nada que afectara tu honor. En momentos difíciles nunca te amilanaste, siempre diste el frente , lo cual realizaste siempre con gallardía y decoro, para que tus hijos hoy se sientan orgullosos de una madre de tu calibre.
Tu cuerpo físico nos abandona. pero tú legado, el ejemplo y el recuerdo permanecerán para toda la vida en cada persona que tuvo la oportunidad de conocerte. Siempre estarás viva en mi corazón, porque simplemente no serás un recuerdo, sino un sentimiento que ocupará un espacio en lo más profundo de mi alma.
Los buenos nunca mueren, no hay forma de que lo hagan, ya que su ejemplo se levanta por encima de los que aún siguen respirando en este mundo, como la hace una ola, cuando de manera magestuosa se eleva sobre los océanos. Tu recuerdo querida Nani, siempre estará morando a lo más alto de tu pueblo; Río San Juan.
Loor a una gran mujer, a una excepcional madre, cuya partida sólo será un adiós a la vida terrenal, para trascender a un lugar eterno y sagrado. Ese lugar tan divino y lleno de amor querida Nani, ese lugar donde estarás a partir de ahora; no es otro que el corazón de cada una de las personas que tuvimos la dicha de conocerte y disfrutar de la calidad de un ser humano; simplemente !EXCEPCIONAL!.