Oposición, más dividida que nunca a dos años y medio de las elecciones

Yanessi Espinal

Leonel Fernández sigue sacando dirigentes y legisladores del PLD hacia su partido

Desde ya hay quienes proponen una coalición de partidos para enfrentar al gobernante PRM en el 2024
A dos años y seis meses de las elecciones del 19 de mayo de 2024, la historia de división de la oposición política partidista se repite, ahora representada por los actores que controlaron el poder en los últimos 16 años, Leonel Fernández y Danilo Medina.
En esta nueva etapa, cada uno con su propio partido, Medina lidera el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) y Fernández fundó su propia organización, la Fuerza del Pueblo (FP), escenario que dificulta la victoria electoral de cara al 2024.

De los 27 partidos que tiene el sistema, 20 están en oposición, incluido el Partido Revolucionario Dominicano (PRD) que conserva la categoría de mayoritario, todos con vocación de alianza, con la excepción de Alianza País, liderado por Guillermo Moreno, que históricamente se ha mostrado renuente a realizar alianzas con los partidos tradicionales y fue el sexto partido más votado en las pasadas elecciones.

Es casi unánime el discurso de que dividida la oposición no podrá vencer al gobernante Partido Revolucionario Moderno (PRM). No es que los partidos de oposición no ganan divididos, la historia demuestra que sí, pero ocurre en situaciones particulares, como cuando se divide el voto que da la victoria electoral, por tanto, si el PRM se mantiene unificado y logra otros aliados desde el poder, a la oposición dividida se le dificultará desalojarlo del Palacio Nacional.

Ante esa realidad, hay dirigentes de todos los litorales de la oposición que han lanzado la voz de alerta y proponen una coalición de partidos para competir contra el PRM. La idea la ha externado José Francisco Peña Guaba, que también fue el armador de la alianza senatorial y municipal parcial que desalojó al PLD del poder en el 2024.

Carlos Amarante Baret, del Comité Político del PLD, también ha propuesto la creación de una mesa de conversaciones de la oposición para lograr acuerdos electorales y ha afirmado que a esa tarea dedicará el próximo año porque asegura que el gobierno del PRM está improvisando.

Peña Guaba ha explicado que inicialmente se busca repetir la alianza congresual y municipal bajo el esquema “Juntos Podemos” que unificó 12 partidos de oposición en las pasadas elecciones en contra del PLD y así le quitaron el control congresual y municipal que tenía.

Peña Guaba es un conocido armador político y su casa se ha convertido en una especie de meca de los dirigentes, lugar que casi todos visitan. Según el veterano político para la oposición ganar necesita unificarse y advierte que el proyecto político que tenga mayor capacidad de aglutinar apoyos encabezará esa gran alianza. Lo cierto es que tanto a lo interno del PLD como en la FP toma cada vez más espacio la idea de que divididos se les aleja la posibilidad de volver al poder.

Oposición dividida gana, pero no los partidos en cismas
La historia electoral de los últimos 20 años (2000 al 2020) enseña que es posible ganar desde la oposición aunque no esté unificada en torno a un candidato o partido único, pero solo en circunstancias especiales como cuando hay un sentimiento de rechazo hacia el partido en el poder como ocurrió con el PLD, por crisis económica o cuando se divide el voto que generó la victoria en la urnas.

El resultado de los comicios del 2020 es un ejemplo. Los partidos de oposición no participaron aliados, de hecho, el PRM solo logró el apoyo para el nivel presidencial de seis de los 27 partidos del sistema y ganó en primera vuelta con el 52 % de los votos.

El contexto de ese hecho es que el voto que dio la victoria al PLD durante 16 años seguidos se dividió con la salida de Leonel Fernández y el surgimiento de la Fuerza del Pueblo. Además, aunque la oposición no hizo una alianza electoral había un sentimiento en todos los partidos opositores contrario al gobernante PLD.

Otro ejemplo de que la oposición divida puede lograr triunfo electoral, ocurrió en el año 2000, cuando el PRD con Hipólito Mejía ganó las elecciones en primera vuelta a pesar de que el otro partido opositor más importante de ese momento, el PRSC, llevó su propio candidato (Joaquín Balaguer) y logró un alto porcentaje de 24 %. En esa coyuntura la alianza con el PRSC, que le dio la victoria al PLD en 1996, se había roto y ambos grupos fueron divididos. Eso facilitó la victoria de Hipólito Mejía y el PRD.

En el 2004 ocurrió lo propio, Fernández y el PLD ganaron en primera vuelta con el 58 % de los votos a pesar de que el PRSC llevó su propio candidato y logró un 8 %, pero ocurrió en un contexto de crisis económica y de división en el PRD por las fricciones entre Hipólito Mejía y Hatuey de Camps. Contrario a lo que ocurrió en el 2000 que estaban unificados.

Danilo Medina salió a las calles en una especie de relanzamiento del PLD.
Oposición necesita una figura que la unifique

Una alianza opositora exitosa necesariamente pasa por unificar al PLD y la FP en torno a un candidato presidencial, pues los acuerdos en el nivel congresual y municipal son menos conflictivos que la candidatura presidencial. Sin embargo, hace menos de dos años la hostilidad entre sectores los llevó a dividirse por lo que habría que ver si estarían dispuestos a fumar la pipa de la paz para reconquistar el poder. Ambos tienen puntos fuertes, la FP tiene su candidato definido, Leonel Fernández, mientras el PLD no ha podido posicionar un dirigente para encabezar la boleta. Sin embargo, el partido morado cuenta con una estructura partidaria que no tiene Fernández en la FP. El Expresidente además tiene más partidos que lo apoyan que el PLD.