En un intento por fortalecer las relaciones y unificar criterios a través de una línea partidaria, el presidente Luis Abinader está agotando una serie de encuentros que hasta el momento han incluido a senadores de su Partido Revolucionario Moderno (PRM), al expresidente Hipólito Mejía y que se extenderá en los próximos días a los diputados.
Este lunes Abinader se trasladó a la residencia de Mejía, para compartir un desayuno, en una práctica que ambos aseguran es recurrente.
“Con Hipólito nosotros nos reunimos por lo menos una vez a la semana, o él va a Palacio o nos juntamos en mi casa o yo voy a su casa. Hablamos de todo”, sostuvo el mandatario al tiempo de asegurar que se mantienen en contacto permanente.
El encuentro se produjo momentos en que Mejía ha criticado el trabajo que vienen desarrollando los ministros de Relaciones Exteriores, Roberto Álvarez Gil; y de Turismo, David Collado. El exgobernante precisó que no le gusta el canciller y no está de acuerdo con él, por entender debe ser un político, y qué Collado no habla con nadie ni si quiera con él por teléfono. Para ambos pidió que les pasen facturas, pues tienen aspiraciones.
El pasado domingo, el mandatario encabezó una reunión de la Comisión Política del PRM y el bloque de senadores donde pasaron revista a las ejecutorias del gobierno y los planes futuros.
Los senadores perremeistas Ricardo de los Santos y Faride Raful revelaron que en la reciente reunión abordaron la importancia de que exista una interacción entre los congresistas y los representantes de las diferentes instituciones para tratar temas concernientes a iniciativas legislativa.
Raful, vocera del bloque de senadores del PRM, admitió que en el encuentro participaron varios ministros con el interés de que entiendan la dinámica legislativa. “Que tengan conocimiento de que cuando un senador o senadora les llama es porque necesitan encarecidamente respuestas sobre iniciativas que estudian”.
Informó que el presidente Abinader se mostró interesado en que ese tipo de actividad se realice al menos cada dos meses para evaluar los trabajos y los pendientes por realizar.
Durante varias sesiones ordinarias del Senado, legisladores han externado críticas a los funcionarios del gobierno debido a que supuestamente, éstos no les contestan las llamadas ni los reciben en sus despachos para abordar temas de los problemas y demandas en las provincias que presentan.