El bachatero Romeo Santos y Niní Cáffaro fueron galardonados con sendas estatuillas del Gran Soberano, principal distinción que otorga la Asociación de Cronistas de Arte en los Premios Soberano.

Cáffaro, al recibir el premio dijo: “Muchísimas gracias, doy las gracias por este reconocimiento a la trayectoria de 62 años en el arte. Gracias al maestro Rafael Solano, mi mentor, a mi familia. Gracias a ti pueblo dominicano que me has mimado con tus aplausos”.

El popular bachatero norteamericano de ascendencia dominicana, Romeo Santos, subió al escenario luego de una espera. “Para mí es un inmenso placer recibir este premio. Quiero agradecer a toda mi fanaticada por su apoyo. Quiero decirles a todos los jóvenes que cuando lleguen a cierto nivel, piensa que la jornada se va a poner más fácil. Yo tengo 25 años en este negocio y hay que recordar la autenticidad”, dijo.

La gala de Premios Soberano fue fría. Pese a que la producción hizo un gran esfuerzo en uno que otros segmentos, las limitaciones con las que trabajaron por el tema de la pandemia fueron notables.

Diálogos sin impacto, rutinas que pasaron sin pena ni gloria, ante el reducido público que estuvo en la sala del Teatro La Fiesta del Hotel Jaragua.

Juntar dos años para premiar la labor destacada de los protagonistas del entretenimiento pesó mucho.

René Brea, productor artistico del espectáculo transmitido por Color Visión, usó, como suele hacerlo un despliegue de recursos visuales atractivos.

El segmento de La Patrulla 15, protagonizado por Ringo Martínez y Jossie Esteban no tuvo desperdicios y conectó con el público. Jossie Estaban hasta se salió del guión al pedir que le abrieran el micrófono para darle más vida a la interpretación de los éxitos que pegaron en las décadas de los 80 y 90.

La actuación fue previa a la entrega de una estatuilla de Premios Soberano por sus trayectoria.

Esta apuesta, superó con creces “Merengue al cubo” que contó con la participación de Miriam Cruz, Fernando Villalona, Gabriel, Omega, Héctor Acosta “El Torito”, Manny Cruz, y Eddy Herrera.

Caroline Aquino y Clarissa Molina no fueron aprovechadas por quien hizo el guión, sin embargo mostraron sus talentos.

A las 11 de la noche subieron a escena Redimi2, Marcos Yaroide, Alfareros y Celines Díaz, con un segmento cristiano.

Un homenaje al personal médico que se ha entregado a trabajar en medio de la pandemia estuvo bien. No así la entrega de una estatuilla.

En cambio, acertados fueron los reconocimientos a la Orquesta Sinfónica Nacional por el 80 aniversario de su creación, recibidos por su titular José Antonio Molina y el Soberano al Mérito al destacado humorista Felipe Polanco.

El Soberano Solidario entregado al urbano Ozuna, procuraba estimular sus obras sociales que dijo desarrolla aquí y en Puerto Rico.

El acento urbano de la noche, con notable presencia boricua lo siguieron Myke Towers y Jay Wheeler desde la Ciudad Colonial. Otro protagonista del género, el también puertorriqueño Yandel subió a escena, quien fue reconocido con un Soberano Internacional.

El show continúo con Juan Luis Guerra, quien actuó desde la Fortaleza Ozama en donde interpretó el tema Rosalía con el que festejó los 30 años de su álbum Bachata Rosa.

La veterana locutora y actriz María Cristina Camilo era la preferida de los lectores de Diario Libre como la segura ganadora del Gran Soberano, la máxima distinción que otorga la Asociación de Cronistas de Arte, sin embargo fue un homenaje a las artes escénicas el que le entregaron a la primera locutora profesional que tuvo el país. “Gracias señor, gracias padre, gracias. Gracias a Acroarte y a todos los de la prensa, hablada como escritas. A todos los que han puesto un granito de arena para que yo reciba este galardón”, dijo.

La gala terminó minutos antes de la medianoche con el junte de artistas de distintos géneros, que debió enfrentarse a una audiencia agotada y a una sala vacía.

El tiempo sigue siendo uno de los grandes desafíos del premio.

Pre-Show

Por primera vez la alfombra roja no tuvo el odioso tumulto que provocaban artistas, megadivas y otros personajes de la farándula que se quedaban buscando cámaras. Eso se lo debemos a la pandemia de la Covid-19 y a los protocolos sanitarios.

René Brea y su equipo hicieron un gran esfuerzo para, previo a la gala comenzar a premiar importantes categorías, que antes de la pandemia se entregaban en una ceremonia privada. Esa iniciativa fue una acertada decisión de la producción.

Las actuaciones de los artistas durante el pase por la alfombra, le aportó más vida y equilibró la nota discordante del reiterativo discurso de sus conductores e invitados, a propósito de los desafíos que enfrentaron para el montaje a pesar del coronavirus.