Los candidatos pelean la presidencia voto a voto. La líder conservadora logra un 50,5% de los apoyos frente al 49,5% del maestro izquierdista, que recorta distancias conforme avanza el conteo
Fujimori recibió los resultados de los sondeos en Lima, en la capital, en la ciudad. Pedro Castillo en Tacabamba, en la sierra, en el mundo rural. Dos sitios distintos desde donde observar el país. Eso se ha notado en los resultados de las regiones, según los sondeos. En los lugares donde ha ganado uno u otro lo ha hecho con holgura. En algún caso rozando el 90% de los votos.
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El primer sondeo que daba esa pequeña diferencia a favor de la candidata de derechas tiene un margen de error del 3%, y estaba elaborado con entrevistas a 30.000 electores. En el segundo, el conteo rápido, su margen de error es menor, del 1%, porque se hace con planillas de mesas elegidas que sean representativas. Aunque los márgenes son muy estrechos y el conteo oficial podría alargarse durante días, en uno y otro lugar celebraron con euforia cuando las encuestas les dieron vencedores por apenas unas décimas.
Los Fujimori se abrazaron al conocer la encuesta a pie de urna. “Recibimos con alegría los resultados, pero al ver el margen, es fundamental mantener la prudencia. Y eso lo digo para todos los peruanos”, dijo la candidata. Y entonces utilizó el mismo tono de concordia de las últimas semanas, con el que ha atraído a un buen número de antifujimoristas: “Acá lo que se tiene que buscar es la unidad de todos los peruanos. Desde ya invoco a la prudencia, a la calma, a la paz. A los que votaron y no votaron por nosotros”.
Ese primer flash inquietó a Castillo, que hizo pública una carta dirigida a la autoridad electoral en la que exigía una revisión de todas las actas. De lado y lado se estuvo insinuando a lo largo de la jornada que podría haber un pucherazo. “Convoco al pueblo peruano de todos los rincones del país a asistir en paz a las calles para estar vigilantes en la defensa de la democracia. #ADefenderElVoto”, escribió el maestro en un tuit. Ese primer sondeo, aunque sugería un empate técnico, había dejado fríos a sus seguidores. El segundo los llenó de alegría. En la plaza de Tacabamba, desde donde siguió la jornada el candidato, la gente comenzó a gritar “¡sí se puede!”.