El presidente estadounidense Joe Biden anunció este jueves una serie de acciones ejecutivas destinadas al control de armas y a atacar la violencia en todo Estados Unidos. Las órdenes endurecen las regulaciones sobre las armas caseras y brindan más recursos para la prevención de la violencia, pero no abarcan la amplia agenda de control que prometió en la campaña electoral. El anuncio demuestra también las limitaciones del Ejecutivo para hacer restricciones más verticales en esta materia.
Como una “epidemia y una vergüenza internacional”, calificó el presidente Joe Biden la violencia armada que por décadas ha dejado a su país como protagonista de tiroteos y masacres a lo largo de su territorio. “Estamos absolutamente decididos a hacer un cambio”, afirmó el mandatario este 8 de abril en su primer anuncio sobre regulación de armas, una de sus principales banderas de campaña.
Entre las nuevas medidas está la orden al Departamento de Justicia para que en 30 días emita regulaciones sobre las llamadas “armas fantasma”, artefactos ensamblados de forma casera a partir de varias piezas y que carecen de números de serie para rastrearlos. Actualmente en Estados Unidos es legal fabricar armas caseras y no existe un requisito federal para una verificación de antecedentes.
Una segunda regla propuesta, que se espera dentro de 60 días, endurecerá las regulaciones sobre las denominadas “abrazaderas estabilizadoras”, que convierten las pistolas en rifles, como hizo el agresor de Boulder, Colorado, el mes pasado, que dejó diez personas muertas. De esta forma, la ley las deberá considerar rifles de corto alcance, los cuales requieren una licencia federal para poseerlos y están sujetos a un proceso de solicitud más exhaustivo, así como a un impuesto de 200 dólares.
Además, el presidente aseguró que pedirá a la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos que publique un informe anual sobre el tráfico de armas de fuego en este país.
Por otra parte, facilitará que los estados adopten leyes de “bandera roja” que señalen a las personas potencialmente peligrosas que poseen armas. También dijo que su Administración hará inversiones en programas de intervención contra la violencia comunitaria.
El mandatario estadounidense enfatizó en la magnitud del problema. Aseguró que entre los asesinatos masivos en los negocios de masajes de Atlanta y el tiroteo en una tienda de comestibles de Colorado, el mes pasado y que captaron la atención internacional, hubo alrededor de otros 850 tiroteos que dejaron 250 personas muertas e hirieron a 500 en EE. UU.
“Hoy estamos tomando medidas para enfrentar no sólo la crisis de las armas, sino lo que en realidad es una crisis de salud pública”, insistió el mandatario durante su intervención en los jardines de la Casa Blanca, frente a familiares de víctimas de la violencia armada.
Biden admite que se requieren más medidas y pide respaldo en un dividido Congreso
Pese a los esfuerzos por emitir nuevas regulaciones, estas acciones ejecutivas no cumplen con la amplia agenda de control que Biden prometió durante su campaña a la presidencia, lo que demuestra las limitaciones del Ejecutivo para declarar por cuenta propia un control de armas integral.
El jefe de Estado reconoció que requiere del apoyo del Congreso para lograr otras normas como la reintroducción del veto a las armas de asalto, el levantamiento de una exención en las demandas contra los fabricantes de armas y la aprobación de una ley de bandera roja que abarque todo el territorio nacional. El mandatario insiste en que los legisladores deben considerar que este no es un asunto partidista.
De hecho, Biden instó nuevamente al Congreso a actuar, pidiendo al Senado que adopte las medidas aprobadas por la Cámara para cerrar las lagunas de verificación de antecedentes. También dijo que el Congreso debería aprobar la Ley de Violencia contra la Mujer, eliminar las exenciones legales para los fabricantes de armas y prohibir las armas de asalto y los cargadores de alta capacidad. Biden dijo aseguró que “este no es un tema partidista entre el pueblo estadounidense”.
Si bien el presidente afirmó que está “dispuesto a trabajar con cualquiera para lograrlo”, las medidas de control de armas enfrentan pocas posibilidades debido a un Senado dividido entre los dos partidos y donde los republicanos se mantienen como un bloque unificado contra la mayoría de las propuestas del mandatario demócrata.
La NRA rechaza los anuncios de Biden y los califica de “circo”
Este jueves la Asociación Nacional del Rifle (NRA, por sus siglas en inglés), mostró su fuerte rechazo a los esfuerzos por lograr un control de armas, enfocado en mitigar el significativo número de tiroteos masivos mortales en escuelas y otros lugares públicos durante años.
“Seamos claros mientras estamos viendo este circo de Biden. Estas acciones podrían requerir que los estadounidenses entreguen propiedades legales, presionar a los estados para que amplíen las órdenes de confiscación y poner a un cabildero del control de armas al frente de la ATF (la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos) (…) Biden está desmantelando la Segunda Enmienda. ¡Es hora de pararse y luchar!”, publicó la organización en su cuenta de Twitter.
El control de armas es un tema políticamente divisivo en Estados Unidos. Mientras la pugna se mantiene, miembros del Partido Republicano siguen recibiendo grandes donaciones de dinero por parte de la NRA que ha hecho un gigantesco lobby para evitar un cambio en la legislación.
El rechazo también vino por parte del primogénito del antecesor de Biden, Donald Trump Jr., quien resaltó la segunda Enmienda de la Constitución, a la cual apelan los defensores de las armas, pues protege el derecho a adquirirlas y portarlas, por lo que a menudo califican cualquier intento por controlarlas como una violación a la Carta Magna.
“Biden quiere desarmar a los ciudadanos estadounidenses respetuosos de la ley con medidas de control de armas inconstitucionales, pero su hijo Hunter puede violar la ley y mentir en los formularios de verificación de antecedentes federales para obtener un arma sin consecuencias”, dijo.
Según encuestas de la agencia Reuters y de medios locales, la mayoría de los estadounidenses apoya el fortalecimiento de las leyes sobre armas. Una abrumadora mayoría apoya la expansión de las verificaciones de antecedentes penales y la restricción de las armas de fuego a las personas con enfermedades mentales.
Con AP y Reuters