El COVID-19 ha tenido un efecto sobre el mercado laboral mucho más silencioso que el de las suspensiones y las pérdidas de los puestos de trabajo: la inactividad. Al finalizar el año pasado, más de tres millones de personas estaban fuera de la fuerza de trabajo dominicana, y no tenían intenciones de volver.
Así lo resalta la Encuesta Continua de la Fuerza de Trabajo, publicada por el Banco Central, en la que se agrega que los niveles de inactividad laboral se dispararon durante la pandemia. La mayoría acusó que no buscaron empleos porque tenían responsabilidades familiares, estaban estudiando, se cansaron de buscar trabajo o por la coyuntura generada por el COVID-19.
Hay varias clases de inactivos laborales. El Banco Central los clasifica en el grupo de personas que no buscaron trabajo ni estaban disponibles para realizar actividades económicas, que sumaron 2.6 millones de personas en diciembre pasado, y en otro representado por la fuerza de trabajo potencial, que incluye a quienes pueden laborar, pero no estaban en búsqueda activa. Ese grupo sumó 426,425 personas en diciembre de 2020.
“El impacto adverso de la crisis sanitaria sobre el mercado laboral ha conducido a que la disminución observada en el número total de ocupados se tradujera en un aumento de la población desocupada y de manera significativa de la población fuera de la fuerza de trabajo (inactivos)”, señaló el Banco Central en su reporte del trimestre octubre-diciembre sobre la fuerza de trabajo.
Regiones más golpeadas
Si bien la tasa de inactividad afectó a un 39.8 % de la fuerza de trabajo dominicana al cerrar el último trimestre del año pasado, en algunas regiones del país ese nivel estuvo muy por encima del promedio.
En el sur del país y en la región metropolitana del Gran Santo Domingo se contabilizó un 43.7 % y un 41.7 % de inactividad, respectivamente.
A las personas que no estaban interesadas o no habilitadas para laborar, entre octubre y diciembre se suman los desempleados, que son aquellos que buscaron un puesto de trabajo, pero no lo lograron.
Cuando en regiones como el sur y el Gran Santo Domingo se suman los inactivos y los desempleados, la proporción de personas sin trabajar era de casi la mitad de la fuerza laboral. En el sur un 49 % de las personas en edad de trabajar no estaban en el mercado laboral, mientras que en el Gran Santo Domingo un 46.6 % de la fuerza de trabajo no estaba empleada.