La actual dirección del Ministerio de Energía y Minas (MEM) no ha contratado, ni gestionado, ningún tipo de contrato con la firma de ingenieros Stanley Consultants, ni con la firma Phelps–Manatt, como han denunciado sin ningún fundamento algunos sectores.
Esas firmas no han sido contratadas por esta gestión, ni con licitación ni sin licitación. Esa es una pobre falacia sin pies ni cabeza.
Invitamos a quienes hacen la denuncia a que presenten fechas, documentos, oficios y copias de contratos relacionados con la supuesta contratación durante la presente administración, es decir, de agosto 2020 a febrero 2021.
De igual manera, desmentimos que en algún piso u oficina de la sede de la Corporación Dominicana de Empresas Eléctricas Estatales (CDEEE) o del MEM opere o funcione delegación alguna de esas empresas.
El categórico desmentido es realizado a propósito de publicaciones difundidas por ciertas organizaciones cuyos voceros parecen “hablar por boca de ganso”, sin investigar primero, repitiendo lo que alguien les dijo y sin tomarse el cuidado de visitar al ministerio de energía o a la CDEEE y pedir informaciones que validen el cuento que les vendieron como verdad.
La verdad es que fue durante el gobierno de Danilo Medina y Rubén Bichara cuando contrataron a Stanley Consultants y a la Phelps-Mannat para el inicio de la construcción de Punta Catalina, varios años atrás, y esos contratos vencieron mucho antes del cambio de gobierno en agosto pasado. Es una calumnia consciente y lastimera acusar a esta administración de haber contratado de nuevo a las referidas firmas.
Las puertas del ministerio y de la CDEEE están abiertas para que cualquier ciudadano interesado pueda comprobar que dicha denuncia es una pobre falacia que de paso irrespeta al pueblo y le hace daño a quienes dicen representar.
Esas personas han llegado al colmo de depositar dicha denuncia en la Dirección General de Compras y Contrataciones y en la Dirección General de Ética e Integridad Gubernamental sin presentar ningún material, testimonio o documentos de mínima evidencia. Se trata de un lamentable y pobrísimo ejercicio de crítica pública.