El Partido de la Liberación Dominicana (PLD) y el Partido Revolucionario Moderno (PRM) empezaron a sacar la artillería pesada en una lucha gobierno-oposición cuya intensidad aumenta cada semana.
El PLD exigió que se mantengan los subsidios a los empleados y los de la tarjeta Solidaridad, al tiempo que advirtió sobre las manifestaciones populares producto del desempleo en el sector turístico. Ante el sometimiento judicial de diez personas vinculadas al pasado gobierno, el partido opositor acusó al gobierno de presionar al Ministerio Público para su propio beneficio político.
El presidente Luis Abinader orientó a sus funcionarios sobre los enfrentamientos que se avecinan advirtiéndoles que “arremeterán contra nosotros con dureza porque se ha golpeado un elemento central que vertebraba la vida en nuestro país: el clientelismo y la corrupción”. Les pidió que no se pierdan y recuerden que fueron elegidos para mejorar la vida de la gente.
“Nuestro mejor argumento frente a lo que hemos conocido estos días es el trabajo, el ejemplo y la transparencia”, señaló.
Los voceros del frente peledeísta empezaron a definirse desde antes de que culminara la supuesta tregua de los primeros cien días de gobierno. Francisco Domínguez Brito fue elegido por el Comité Político el pasado domingo para leer el documento con el que el PLD respondió al apresamiento de diez peledeísta.
En el ámbito económico, Juan Ariel Jiménez, exministro de economía e hijo de Felucho Jiménez, estuvo a la cabeza de la defensa de los logros económicos de la pasada gestión de gobierno. Otros dirigentes que han tenido protagonismo son Andrés Navarro, Melanio Paredes y Temístocles Montás.
Domínguez Brito asegura que la labor opositora del PLD se concentrará en ayudar al país, hacer propuestas y fortalecer la institucionalidad, y que luchará para que la estabilidad política y democrática no se vea en ningún sentido erosionado.
El partido que fue gobierno por 20 años también enfrenta la fuga de dirigentes y militantes que renuncian para unirse a las filas de Fuerza del Pueblo (FP).
El gran reto del PLD está en conservar su mística, sin dejar de lado el tema ético, entiende Domínguez Brito . Considera que diversos sectores están interesados en vender la idea de que el PLD es un partido de corrupción, pero defiende que eso no es cierto.
Sostiene que el PLD es un partido de gente honesta, trabajadora y seria, y si alguien cometió un error debe asumir su responsabilidad.
Tema judicial
El daño político que podría causar al PLD que varios de sus dirigentes vayan a prisión acusados de corrupción tendrá que ser peleado en la justicia. El politólogo Fernando Peña entiende que la persecución a la corrupción no es una simple decisión del partido de gobierno, sino la reacción a una lucha popular que ocupó las calles durante tres años con Marcha Verde y otras manifestaciones posteriores.
Asegura que la lucha contra la corrupción es el desprecio del pueblo contra esa práctica y señala que el gobierno actual no tiene forma de evadir la responsabilidad de mostrar resultados en ese sentido.
Vaticina que el expresidente Medina se quedará sin gobierno y sin partido, y que los restos del PLD se verificarán en el tiempo en el mediano plazo.