Las amenazas de protesta en contra de los impuestos que pretende imponer el Poder Ejecutivo en el proyecto de ley de Presupuesto General de Estado demuestran que la comunicación entre el Gobierno y la sociedad tendrá que ser diferente, según lo expuesto por varios expertos en sociología y política.
Para el sociólogo Juan Miguel Pérez, la sociedad está más alerta que nunca sobre todas las decisiones que toman las autoridades, y la gente tiene menos tolerancia al autoritarismo, a la ineficacia en el manejo de la cosa pública, al sectarismo, y a la arrogancia en quienes nos gobiernan.
Esa sociedad observa que se cumplen con lentitud sus expectativas de que se enfrenten los actos de corrupción de manera enérgica, de acuerdo al también sociólogo, Celedonio Jiménez. Encima de ese disgusto, continúa, la pretensión de cobrar más impuestos podría ser la gota que rebose la copa.
De continuar esa marcha, advierte Jiménez, podría efectuarse un enfrentamiento entre el nuevo gobierno y la clase media que le apoyó en las urnas. Propone que la necesidad de recaudar más ingresos a través del cobro de impuestos sea satisfecha cargando a los que más tienen, a los ricos. ‘’Incluso en el gabinete se ha visto una gran cantidad de funcionarios muy millonarios’’, agregó.
El politólogo José Gell argumenta que una protesta a tan solo 50 días de que se inauguró el nuevo gobierno es extemporánea, pero justa, porque se pretende establecer impuestos que afectan los intereses del pueblo, principalmente la clase media baja. Ese segmento de la población fue justamente, a su juicio, el que apoyó a Luis Abinader y al Partido Revolucionario Moderno (PRM).
Gell recomienda prudencia a los que quieren protestar, y sugiere que se esperen al menos los primeros 100 días del gobierno del presidente Abinader. También llamó al mandatario a repensarlo antes de perjudicar a una clase media que fue golpeada por el gobierno pasado, y a verse en el espejo de otros países de América Latina donde medidas similares causaron problemas de gobernabilidad.
Nueva relación gobierno-sociedad
Juan Miguel Pérez explica que el PRM llegó al poder por un voto de castigo del pueblo a la vieja forma de hacer política. De ahí que, si existiera hoy aún sea por asomo, una cercanía a esas viejas prácticas, el pueblo saldrá a criticarla.
Asegura que las nuevas autoridades deben tener eso en cuenta y acostumbrarse a ese mayor empoderamiento que en la actualidad manifiesta la gente.
No dejarse confundir
Pérez sugiere que el hecho de que cada vez se haga más natural que la gente se involucre y reaccione, también puede prestarse para que los que gobernaban ayer quieran aprovecharse y sacar partido político para ellos. Por eso, aconseja, hay que tener ojo fino a la hora de saber quiénes están organizando o no las protestas que se anuncian.
Aprueba, por otro lado, la respuesta de Abinader a dichas protestas: mesura y siempre mantenerse en diálogo con la gente, en eso que yo llamo la necesaria «conversación democrática» que debe permanente existir entre gobernante y gobernados.
En cuanto a la reacción del presidente Abinader, al sentimiento de injusticia que ha generado el anuncio de nuevos impuestos, creo que ha sido la correcta: mesura y siempre mantenerse en una «conversación democrática» con la gente.