Parecería una ironía de la vida que cuando ocurren fenómenos de la naturaleza como tormentas huracanes, terremotos, quienes más pierden son los que menos tienen. Esa situación es aplicable a familias del barrio Los Coordinadores, en Sabana Perdida, que fueron echados de sus casas por las aguas del río Ozama.
Es el tema de nunca acabar, personas que construyen sus casitas en lugares vulnerables y autoridades que no toman las medidas a tiempo y dejan que se formen grandes barrios que luego se convierten en un problema para los habitantes y las propias autoridades.
Alrededor de 266 familias tienen más de 20 años en ese sector donde un brazo del Ozama recupera su espacio, invade las viviendas y lanza a las calles a los ocupantes. Parte de los afectados están alojados en solares, tapados con lonas, otros en casas de familiares y vecinos de la parte hasta donde no llega el río.
Oscar Peña, presidente de la Junta de Vecinos de Los Coordinadores II, frente a la vieja Barquita, en la parte norte, cuenta que han agotado todas las vías para que las autoridades reubiquen a las familias, han pedido a los distintos gobiernos y aunque se han hecho censos, nunca se hace algo.
Cuenta que el alcalde de Santo Domingo Norte, Carlos Guzmán los visitó, al igual que una comisión de salud Pública y la Defensa Civil, pero no han recibido ayuda ni siquiera de las autoridades del Plan Social de la Presidencia ni los Comedores Económicos.
José Miguel Báez fue abordado cuando venía de su casa con el agua hasta la cintura y sus expresiones de indignación es la voz de otros que sufren las perdidas de sus Bienes, que con muchos sacrificios ha logrado a través del tiempo.
“Aquí no nos hacen caso, eso es un abuso, los gobiernos deben dotar de vivienda digna a los ciudadanos, yo o voy a seguir hablando porque estoy jarto de hablar”, dijo.
Las viviendas están casi todas cerradas y la gente camina en medio de los callejones batiendo agua del río mezclada con agua sanitarias. Colchones y muebles secándose en algún lugar de la parte alta de la calle, ropas tendidas y los rostros desesperanzados de muchos es el escenario del lugar.
Martín Cosme Guerrero, un dirigente comunitario del sector, llama al presidente Luis Abinader a que envíe ayuda al sector, pero sobre todo que reubique a las familias para que cada vez que llueva no está en la situación que lo ha dejado la tormenta Laura.
Francis González y Domingo Ramón Montero deploran que sus familias tengan que dormir en la calle, aguantando las inclemencias del tiempo porque no pueden regresar a sus casitas ocupadas por las aguas.
Laura no solo afectó a la gente de Los Coordinadores, sino también a moradores de otros barrios del Gran santo Domingo como lo es la Barquita Norte, donde vive María Pérez a la que se le dañó casi todos sus ajuares porque el agua entró a su casa.
Pedro Bazil