Tala de árboles

Aún en medio de la desgracia que nos afecta por la presencia de un virus letal, numerosos haitianos ilegales, muchas veces en conveniencia con dominicanos desaprensivos, han derribado centenares de árboles en la Línea Noroeste reduciendo notablemente la capa boscosa en la zona, situación tan alarmante que, a juicio de algunos expertos amerita que se declare un Estado de Emergencia Ambiental.

El panorama descripto, se agrega el registro de más de cincuenta incendios forestales desde el área protegida del Cerro de Chaquey, que alimenta 19 acueductos rurales y dos embalses, ubicados en la provincia de Montecristi, así como a los municipios de Cabrera y Partido, y lo mismo ocurre en Restauración, donde la reserva federal de Santa Clara está en una de sus peores crisis, siendo pocas las áreas del proyecto que no han sido afectadas, pues los cortes indiscriminados de árboles tienen mayor proporción.
Por los citados municipios, se observan constantes desplazamientos de camiones cargados de pinos posiblemente con destino a Haití, pese a un estricto cordón militar que hay montado en la frontera para evitar la entrada de ilegal, armas y drogas del vecino país, cuyos habitantes se las ingenian para burlar los controles establecidos en los 391 kilómetros de la línea limítrofe que separa ambas naciones.
La Coalición de Organizaciones Ambientales de la Línea Noroeste tiene una gran preocupación por lo que está ocurriendo en la región por lo que mantiene un monitoreo permanente de los daños que ocasionan a la forestación, reclamando con vehemencia que las autoridades intervengan para detener las depredaciones de inmigrantes ilegales que actúan en contubernio con un minúsculo grupo de dominicanos que, al parecer ignoran las consecuencias negativas de sus acciones delictuosas y que deben ser castigadas por los tribunales, cuando cese la impunidad de la que gozan.
Los fuegos forestales y los cortes de árboles de pino se han extendido a Villa Los Almácigos, Sabaneta y Monción, de Santiago Rodríguez provocando daños irreversibles a las zonas boscosas, por lo que urge el ministerio de Medio Ambiente, envié personal a esos lugares para aplicar los correctivos que requieren tales males, pues su indiferencia contribuye severamente a golpear el equilibrio ecológico.
El senador por Santiago Rodríguez, Antonio Cruz, opera varios aserraderos donde se almacena mucha madera de pino y el congresista alega que no existe ninguna disposición legal que le prohíba sus actividades.