Qué hago con ésta indisciplina? ¡Qué debilidad!

 Por

Sentía que nunca superaría el problema de las tardanzas, hasta que un grito de angustia ajeno, me hizo reaccionar y comprender que debía haber una salida pues no estaba sola en esta indeseable debilidad.

Escuchar del tema, en vez de sanar, reforzaba la culpa, imagínese escuchar:

«Cuando llegas cinco minutos después estás tarde y si llegas a la hora también; llegas temprano cuando estás treinta minutos antes de la hora pautada» ¿Lo habías escuchado?

¿Te lo sabes? yo también, pero quizás al igual que para mí, saberlo no ha sido suficiente para superarlo. Es por esto que compartiré lo que me ha liberado de tan grave frustración y que entiendo que puede ser aplicable a cualquier debilidad.

Las impuntualidades califican dentro de las indisciplinas y éstas ultimas abarcan varios aspectos del vivir que aprehendemos de nuestro entorno.

¿Te percataste de que dije aprehendemos?

• No te equivoques, aprehender se diferencia de aprender, en que de manera inconsciente o consciente agarramos algo y lo hacemos tan propio que pareciera intrínseco a nuestra esencia; eso que aprehendemos van tan adherido a nuestra imagen que puede parecer difícil de erradicar pues hasta como una manera de afrontar tal debilidad, nos auto-burlamos, hacemos chistes y justificaciones, pero en el silencio sentimos que NO PODEMOS CON ESO. ¡Te tengo buenas noticias!, puedes quitarte ese sticker, es posible, ¿Como? no es sencillo, pero es posible si quieres.

Todos tenemos los recursos internos depositados para afrontar con valentía y determinación esas indisciplinas que nos generan malestar.

«Pues Dios no nos ha dado un espíritu de temor y timidez, sino un espíritu de poder, amor y auto-disciplina» 2 Timoteo 1:7

¡Excelente!, esto nos dice que si tenemos poder, podemos; si tenemos amor, nos valoramos y si tenemos dominio propio, podemos disciplinarnos.

Disciplinarse en un área de debilidad implica:

Reconocer que somos responsables de nuestras inconductas; no debemos justificarnos, buscando excusas y culpables, pues con esas actitudes sólo lograremos fijar más la debilidad. Por esta razón te animo a identificar la fuente de donde aprehendimos la conducta:

¿Cultura? ¿Familia? ¿Gremio? ¿Frustración? ¿Sobrevaloración de ti mismo? ¿Mala percepción del tiempo?

Me explico, puede ser que llegues tarde a tu oficina porque tu gremio tiene esa cultura y tú no serás menos… (Cultura + Orgullo Gremial)

Podría ser que llegues tarde a las citas porque te dejaron esperando muchas veces y decidiste inconscientemente mejor hacerte esperar (frustración) así entre otras fuentes causales puedes encontrar el origen de tu indisciplina. ¡Identifícala!

– Renuncia

Una vez identificada, la fuente, devuelve ese legado o desbarata ese condicionamiento, decidiendo cambiar.

– Haz cosas diferentes

Un cambio amerita un proceso de desaprehender, dígase quitar para aprehender estableciendo un nuevo hábito.

– Hábito

Un hábito podemos incorporarlo con un ejercicio constante, perseverando aun ante una caída y practicándolo por 21 días consecutivos, aunque tengas que reiniciar de nuevo = PODER, para perseverar.

– Escribe

Coloca en un lugar que frecuentes, la nueva determinación que te recordará la nueva decisión que has hecho y te alentará a seguir aún en medio de los obstáculos, contratiempos y decepciones.

– Sé valiente

No te defiendas ante los ataques verbales, derriba los argumentos poco a poco cambiando la conducta incorporando la contraparte, quienes te atacan tendrán que ir reconociendo que ya no eres igual. Con el tiempo, te darás cuenta que las personas de tu entorno van cambiando por las mudanzas y al establecer tu nuevo hábito, tu reputación pasada no prevalecerá.

– Identifica

Cuáles son los nuevos hábitos a incorporar y asume un estilo de vida diferente aunque afecte otras cosas u otras personas que se benefician de tu debilidad; recuerda que debe prevalecer el amor propio para amar con propiedad a otros.

Ejemplo: Muchas veces podría pasar que tus tardanzas, responden a una sobrecarga de actividades o favores, que te comprometes sin contar con tiempo para espacios que te permitan hacer las cosas más relajadas y con tiempo a tu favor, pues te cuesta decir NO. De ahora en adelante considerarás tu agenda y aprenderás que no tienes que ser el salvavidas, tampoco la panacea, que puedes colaborar pero no en TODO. Hay más personas útiles, se acabará que te tilden de indisciplinado/a, pues ¡Que cosa! Muchas veces quienes te comprometen siempre para su beneficio son los mismos que atacan tu infortunio, de manera chistosa o burlona. Por eso te reafirmo que no importa que tus nuevas decisiones afecten a otros. Te llevarás la sorpresa de que ganarás respeto y valoración.

– Huye

Llegará el tiempo en que la tentación hará presencia, ésta es la mejor evidencia de que estás progresando, ¿Que hacer? ¡Huye! no te hagas fuerte, la resistencia no consiste en confrontarnos, más bien en liberarnos.

Huir no siempre es temer, huir en este contexto es prever.

– Busca salidas alternativas para momentos cruciales

Ejemplo: Si quedaste de llegar a una hora e hiciste, todo lo posible para llegar a tiempo, entiéndase media hora antes, y sabes que no va a pasar por circunstancias ajenas a tu voluntad, notifícalo a tiempo, cancela asumiendo el costo, esto sumará a tu buena reputación.

– Rinde cuentas

Identifica alguien con autoridad para hacer alianza al rendimiento de cuentas del proceso, eso te ayudará a no sentir soledad y te afirmará.

– Celebra los pequeños triunfos.

La mejor manera es compartiendo con la verdad tu experiencia. La declaración te compromete y te hace más fuerte como ser humano/a. ¡Sembrarás bien y cosecharás bien! este es un principio de vida que no se equivoca.

– ¡Fluye!

A veces las cosas o compromisos no se dan las condiciones ideales o según las expectativas, te recomiendo que no tienes que demostrar quien tiene la razón o quien es culpable. Al fin y al cabo la verdadera realidad sólo Dios la conoce, ahí es donde la verdad te hace libre y tarde o temprano saldrá a relucir.

Por último, te recomiendo algo muy personal, haz de Dios tu aliado en el proceso, él es el mejor, no te acusa te ayuda. no te juzga inadecuadamente te aconseja, no te manipula te ejercita, no te difama te ama, y en tu debilidad el muestra sus fortalezas en ti.

«Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte» 2 Corintios 12:10

Cerca, Lejos y Siempre, en la luz del Reino
Beris Castellanos