Su tarea es poner a crecer el Partido Revolucionario Moderno y pactar alianzas para un polo opositor que permita ganar próximas elecciones
Al ser electo por segunda ocasión consecutiva como candidato presidencial del Partido Revolucionario Moderno (PRM), Luis Abinader se consolida como el líder de la oposición política del país.
Abinader sale como candidato de un proceso con un partido unificado, y el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) dividido en dos, en medio de una crisis post primarias.
Pero en el camino que le espera Abinader no todo es color de rosa, ya que tiene ante sí la dura tarea de hacer crecer al PRM, abriendo su padrón y demostrando que podrán conseguir adeptos más allá de los 382 mil votos obtenidos en las primarias, del millón 300 mil que se inscribió en el listado de militantes hábiles para votar.
El apoyo del expresidente y líder fundador del PRM, Hipólito Mejía, le da un empujón para salir sin escollos iniciales a recorrer nuevamente el país, con la ventaja ahora de ser un líder político conocido por más del 95% de los electores, según las principales firmas encuestadoras, algo que no tenía en los comicios del 2016, donde alcanzó un 35%.
En lo adelante, tendrá que estructurar un comando de campaña inclusivo, en el que queden integrados a trabajar los principales cuadros políticos de Mejía en todo el país.
“Mientras llega el mesías, aquí estoy yo”, es el mensaje que les ha enviado Abinader a los partidos minoritarios que no logran ponerse de acuerdo con el principal partido opositor que es el PRM, para enfrentar a la poderosa maquinaria oficialista del PLD.
Abinader debe arrancar asegurando la repetición de alianzas con el Frente Amplio, Dominicanos por el Cambio, Partido Humanista Dominicano (PHD), y tratar de convencer nuevamente al Partido Reformista Social Cristiano (PRSC), que le aportó un valioso 5.62%, así como alcaldes, y diputados.
El objetivo ahora estará en lograr ese polo con organizaciones como Alianza País, Alianza por la Democracia, movimientos y sectores que adversan al PLD, para lo que puede aprovechar hasta el 27 de este mes y pactar candidaturas y proclamarlas en asambleas de delegados.
También tiene que despejar la incógnita, aunque parezca temprano lo puede hacer desde ya o dejarlo para el 2020, de quién será su compañero de boleta.
La elección de Gonzalo Castillo, como indican los resultados de la Junta Central Electoral, le aleja por el momento un puente de acuerdo con el PRD, que ya salió a felicitar el triunfo del pupilo del presidente Danilo Medina. Los peledeístas le atacan desde el 2016 acusándolo de ser un candidato “sin propuestas” que solo ataca a los problemas que no soluciona el Gobierno. Pero Abinader les responde que tiene un plan de seguridad efectivo elaborado por el exalcalde de Nueva York Rudolph Guiliani, que promete acabar la inseguridad ciudadana, y que ha propuesto soluciones para reducir al mínimo el dispendio de los fondos públicos que atribuye a las abultadas nóminas y la corrupción del clientelismo peledeísta.