¿Logrará el PLD la unidad después de las primarias?

El gran reto será la unificación que ha sido clave para mantenerse en el poder por cuatro períodos consecutivos

En menos de dos semanas el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) elegirá su candidato presidencial en las primarias abiertas y el partido oficial llega a esa fecha profundamente dividido por la intensa guerra que libran por el control del poder Leonel Fernández y Danilo Medina, pero el gran reto del principal partido del país será la unificación que ha sido clave para mantenerse en el poder por cuatro periodos consecutivos y lograrla será el gran reto de quien resulte vencedor en la cita del domingo 6 de octubre.

Para que esa posibilidad de unificación se logre, el tono que tome la precampaña en los 14 días restantes será clave, pues hasta ahora se ha desarrollado de manera moderada y sin campaña sucia.

¿Cómo y con quién lograr la unificación? El discurso de los precandidatos Leonel Fernández y Gonzalo Castillo, así como el de sus seguidores dan una idea de que tan difícil será ese proceso.

Fernández mantiene un discurso de unidad y expresa que es importante ganar con amplio margen las primarias, que dice tiene aseguradas, porque eso facilitaría la reunificación de la organización. El presidente del PLD repite también que su gobierno no será de tendencias, sino para todos los peledeístas y los ciudadanos que no militan en esa organización, pero que estén dispuestos a servir al país. La tendencia de Fernández en el PLD está totalmente unificada en torno a su proyecto presidencial y logró atraer a la esposa del secretario general y presidente del Senado, Ingrid Mendoza, lo que se ha interpretado como un apoyo de Reinaldo Pared Pérez, que declinó sus aspiraciones con fuertes críticas al sector de Medina y dijo que se mantendría neutral hasta en el proceso de las primarias.

La acción de Pared Pérez, de alguna manera, coloca al presidente y al secretario general de la organización del mismo lado en la actual contienda. Ambos han tenido un historial de mantener la unidad de la organización y la última muestra fue la presidencia de la Cámara de Diputados que por un acuerdo interno correspondía al legislador de Santiago, Demóstenes Martínez y ambos expresaron que el acuerdo debió ser respetado, pero no ocurrió y el danilista Radhamés Camacho permanece en el cargo por una decisión del sector de Medina.

El primer encontronazo de Fernández y Medina que puso en juego la unidad peledeísta fue en el 2007 cuando se enfrentaron en las primarias y Medina pronunció la famosa frase “me venció el Estado”. Sin embargo, en la práctica, aunque Medina no participó en esa campaña, sus seguidores fueron integrados y el día de las votaciones fue a votar y dijo que solo vota por el PLD.

En el 2011 con las acciones a favor de la reelección para un tercer periodo de Fernández el PLD se vio al borde de un cisma, pero el entonces presidente de la República declinó y se mantuvo neutral en la contienda interna que Medina ganó con amplio margen. En la campaña electoral Fernández y su equipo se integraron a trabajar por la candidatura presidencial del PLD que, aunque arrancó en desventaja Medina se impuso frente a Hipólito Mejía 51.20% frente a 46.91%.

En el 2015 el PLD estuvo más cerca que nunca de dividirse por la decisión del Comité Político de someter un proyecto de reforma a la Constitución para la reelección de Medina con la oposición del expresidente. La unidad de la organización se logró mediante un acuerdo de 15 puntos que luego dirigentes como Ramón Ventura Camejo calificaron de “un atraco”. Ese acuerdo incluyó el artículo transitorio que prohibió a Medina presentarse de nuevo como candidato.

Ese proceso electoral estuvo marcado por la aparición del exconvicto Quirino Ernesto Paulino Castillo que acusó a Fernández de recibir dinero para su campaña del 2004 y el sector del expresidente en el PLD lo atribuyen a una campaña sucia de sectores enquistados en el poder para descalificarlo moralmente.

Castillo y la unidad del PLD

De su lado, Gonzalo Castillo, aunque no habla expresamente de unidad, aconseja a sus seguidores que desarrollen la campaña con decencia y sin insultos con el lema de que quien está ganado no pelea. Hasta ahora, su discurso, al menos lo que su equipo envía a los medios de comunicación, se observa inclusivo para todo el PLD y dice que su prioridad es seguir la obra de gobierno del presidente Medina. “De mis labios no saldrán nunca frases insultantes, negativas o peyorativas contra ningún compañero”, ha señalado.

Castillo logró el apoyo público de al menos 16 miembros del Comité Político de 22 que siguen a Medina y también la mayoría de los integrantes del Comité Central, los senadores y diputados que siguen esa corriente del PLD. Sin embargo, su precandidatura no logró la unificación total de ese sector del PLD, como en los casos de Pared Pérez y Carlos Amarante Baret, este último un símbolo del danilismo y el PLD. Francisco Domínguez Brito, el mejor posicionado en las encuestas  detrás de Castillo asumió ayer el proyecto del exministro de Obras Públicas.

La crítica al proyecto político de Castillo es que salió como favorito del equipo del gobierno del presidente Medina, y su precandidatura, más que concitar el respaldo espontáneo de los peledeístas que se identifican con Medina, tiene la marca de una imposición.

Otra dificultad que tendría Castillo de cara a la unificación del PLD es que su llegada a los organismos partidarios no ha sido por su trabajo político en esa  organización y eso le dificulta el vínculo con la dirigencia media y de base. Castillo llegó al Comité Central en el 2005 por una cuota de Medina y en el 2014 al Comité Político también señalado por el presidente de la República.

Francotiradores

Aunque ni Fernández ni Castillo tienen un discurso agresivo, ambos cuentan con equipos de colaboradores que hacen esa tarea. En el caso del expresidente sus aliados de las Fuerza Nacional Progresista (FNP) son críticos férreos de Medina y todo lo que representa políticamente. Castillo cuenta con los miembros del Comité Político y figuras de los medios de comunicación que se encargan de decir lo malo del proyecto de Fernández y de su círculo de colaboradores.