“Las residencias médicas son como una academia militar. A usted le dicen: -brinque pa’ rriba y usted pregunta, hasta dónde yo brinco. Es así, literalmente. Aquí vulneran tus derechos y atentan también contra tu integridad y tu dignidad”.
La afirmación es del doctor Miguel Núñez, residente de cuarto año de medicina interna y uno de los futuros especialistas que ayer paralizaron sus labores en el hospital Francisco Moscoso Puello, por alegadas irregularidades en la evaluación académica que devino en la expulsión de tres residentes de cirugía y en sanciones académicas a otros seis galenos por parte del Consejo de Enseñanza de ese centro de salud.
Según Núñez, para la expulsión de uno de sus colegas se valieron de algunos subterfugios, propiciados por un médico del hospital que funge como docente, quien supuestamente le ordenó al estudiante sacar insumos del hospital para operar a una paciente en su clínica privada, acción que fue descubierta por las autoridades del centro que, según dijo, optaron por sancionar al que ejecutó la orden pero no contra quien la dictaminó.
“Si un médico especialista me dice a mí: -fulano, ve búscame tal cosa al hospital y tráemela a mi clínica que voy a operar una paciente-, yo como subalterno, como residente en formación, tengo obviamente que obtemperar a lo que me solicitó mi médico de cabecera, que por demás es mi profesor, y quien me evalúa para ponerme calificación. ¿Me voy a negar? Claro que no”.
Subrayó que es antiético que un maestro mande a buscar insumos del hospital para su práctica privada. “Se está abriendo toda una caja de pandora con todo esto, porque entonces, quién es el real culpable?, ¿dónde está el que mandó a buscar esos insumos que no ha dado la cara por ese residente?”, preguntó.
En términos parecidos se expresó la jefa del servicio de Reumatología, Milka Álvarez, quien se quejó por la supuesta represión impuesta a los residentes por parte de las autoridades del centro y el coordinador de residencia de cirugía si participaban en la protesta que interrumpió las consultas y las cirugías electivas en ese establecimiento de salud de la zona norte de la capital.
El presidente de la regional del Distrito, Luis Peña Núñez, reiteró que a los tres expulsados le imputaron faltas mayúsculas e injustificadas en su evaluación lo que constituye un abuso de poder intolerable.
Califica huelga como acto criminal
Por su parte, el director del hospital, Francisco Torres Lebrón calificó como un acto criminal el paro de labores convocado por el CMD.
“Este paro es un acto criminal, ¿cómo es que el Colegio Médico quiere que a tres estudiantes reprobados se les cambie las calificaciones a quienes en el futuro serán cirujanos?”.
El jefe del Consejo de Enseñanza, Tomás Caraballo, dijo que se trata de un problema académico que no es incumbencia del Colegio Médico, el cual no debe decidir qué calificación debe tener cada residente que es sometido a un proceso de formación y evaluación.
Dijo que el gremio olvida que los reprobados son estudiantes que mañana serán especialistas y que tendrán en sus manos la salud de la población y aseguró que todo el proceso ha estado apegado a los reglamentos.
El galeno dijo que no hay suspensión de residentes sino sanciones académicas por abandonar el proceso formativo. “A los tres estudiantes se le dio la prueba de reposición, todo bajo la supervisión del CMD y el Colegio de Cirujanos”.
Pacientes tuvieron que reprogramar sus citas
La dirección del hospital denunció que cuando algunos médicos que rechazaron el paro se disponían a dar consultas, una representante del gremio los conminó a salir de sus consultorios de manera abrupta. Por su parte, el director del Servicio Nacional de Salud (SNS), Chanel Rosa Chupany, deploró que el gremio médico adoptara la decisión de suspender los servicios de salud en plena temporada de dengue. “Ese tema es esencialmente académico, por lo tanto es un acto criminal y abusivo suspender servicios de salud a ciudadanos con derechos y que son los dueños de los centros de salud”, dijo el funcionario a través de su cuenta de Twitter. Mientras tanto, pacientes como Lucía Santos, quien vino de madrugada desde el municipio de Constanza a su consulta de reumatología no tuvo más que remedio que reprogramar su cita para dentro de un mes. “Aquí cualquiera se muere”, dijo a elCaribe. De su lado, Santa Lera, residente de la zona colonial se quejó de los supuestos malos tratos por parte del personal y la desorganización reinante en el centro y exigió que reabran el hospital Padre Billini. Los familiares del señor Julio Romero, se quejaron de que a pesar de que madrugaron y facturaron temprano no pudieron atenderlo llegada la hora de consulta por el paro de labores.