Caracas. El proceso de diálogo político que llevaban adelante el Gobierno de Nicolás Maduro y la oposición venezolana cumple este miércoles una semana de suspensión sin que hasta ahora se conozcan gestiones para una eventual reanudación de estas conversaciones auspiciadas por Noruega.
Maduro, quien frenó las reuniones por considerar que el antichavismo aplaude el bloqueo de bienes estatales venezolanos en Estados Unidos, ha reiterado su decisión de no retomar los acercamientos “en esas condiciones”.
En cambio, el líder chavista llamó a reunir 13 millones de firmas contra la sanción estadounidense y amenazó con castigar severamente a los “traidores a la patria” que apoyan el embargo, entre ellos el jefe del Parlamento, Juan Guaidó, reconocido como presidente interino de Venezuela por más de 50 países.
Maduro insiste en que el diálogo como mecanismo para resolver el conflicto político nacional, en el que el Ejecutivo y el Legislativo no se reconocen entre sí, es una bandera suya pese a que fue él quien ordenó el fin de estas negociaciones que se venían desarrollando en Barbados.
En la última semana reiteró su “vocación” de hablar con la “oposición extremista” y aseguró que “siempre” han existido “conversaciones secretas” para ir “acercando posiciones”.
Del lado de la oposición se afirma que el oficialismo cesó las conversaciones por “miedo al cambio” cuando “había una propuesta en mesa”, según explicó esta semana a la prensa el segundo vicepresidente del Parlamento, Stalin González.