Los enfrentamientos violentos que tuvieron lugar frente al Congreso de la República son inaceptables, inoportunos e irracionales, dijo ayer Finjus.
Dijo que la intolerancia e intransigencia exhibida no sorprenden a la sociedad dominicana, que observa muy preocupada el nivel de agresividad que predomina en las calles del país.
Entiende lo grave de la situación fue que quienes protagonizaron esos actos lo hicieron como reflejo de una lucha política que no debería tener cabida en la vida democrática dominicana.
El país está cada vez más tenso por la incapacidad de sectores de la clase política para ajustarse a las reglas de nuestro sistema democrático para dirimir sus conflictos y controversias, tal y como están claramente trazadas en la constitución y la leyes», precisó.
Indicó que los vergonzosos actos del lunes reflejan la crisis institucional que la sociedad dominicana vive desde hace muchos años y que parece agravarse sin que los responsables de los organismos estatales y los partidos políticos, tomen conciencia de su gravedad
Entiende que en cualquier sociedad mínimamente organizada, controlada por instituciones responsables y guiadas por el respeto de las libertades y garantías hubiera sido una simple protesta frente a un poder del Estado, en el país se convirtió en una batalla campal, donde la lucha por el poder se mostró de manera brutal, desembocando en vías de violencia inaceptables.
A juicio de Finjus el país necesita que la confrontación partidaria sea conducida mediante mecanismos que privilegien el diálogo abierto, plural y participativo y las vías democráticas de solución, evitando los escenarios que conducen a conflictos que afectarán a toda la sociedad.
Agregó que el momento actual debe ser asumido con la máxima tolerancia y sentido racional. Lo que menos le conviene al país, es decir a todos los sectores sociales dominicanos, es que por un enfrentamiento originado por el control del poder estos conatos de violencia e irracionalidad deriven hacia una crisis política de insospechadas consecuencias.
Es el momento de que las fuerzas políticas que están enfrentadas, tanto al interior de un partido en particular, como en el conjunto de los diversos agrupamientos, se comprometan a evitar las tensiones que pueden dañar gravemente el clima de inversiones y negocios, la actividad productiva y la convivencia pacífica que debe predominar en todo momento.
No es sensato que a la violencia y atropellos que el país es sometida cada día por la delincuencia y el crimen organizado le sumemos un ingrediente de intimidación y miedo por la pasión desenfrenada de los intereses particulares que compiten, no por proyectos y programas políticos, sino por el control de las instituciones.
FINJUS expresa su alta preocupación por estos acontecimientos y exhorta a todas las organizaciones sociales a darle seguimiento a estos graves hechos y reclamar a las instituciones estatales y las direcciones de los partidos y agrupaciones políticas a que actúen con racionalidad, tolerancia y apegados a la Constitución y las leyes.