La Ciudad Sanitaria no ha abierto y los hospitales Calventi y Marcelino Vélez han reducido su capacidad resolutiva
El proceso de reconstrucción simultánea de 56 hospitales, iniciado en la primera gestión de Gobierno de Danilo Medina, ha dejado sin servicio de salud a más de 300 mil habitantes de la zona norte del Distrito Nacional que desde hace más de cinco años esperan con ansias la reapertura de uno de los hospitales regionales de especialidades más importantes del país.
Se trata del hospital Luis Eduardo Aybar (antiguo Morgan), enclavado en el sector María Auxiliadora, el cual brindó servicios de salud de tercer nivel durante 69 años de forma ininterrumpida a los más pobres hasta que fue demolido por completo a finales del año 2014 para transformarse en una Ciudad Sanitaria de doce edificios que a juzgar por su apariencia está en la fase final de conclusión.
Desde hace más de un lustro los pacientes se han visto obligados a cargar con sus dolencias de salud a los hospitales más cercanos como el Francisco Moscoso Puello, el cual registra una sobredemanda que no ha hecho más que aumentar a raíz del cierre del Hospital Padre Billini el año pasado, lo cual se refleja en las más de 1,600 consultas que ofrece diariamente, sin contar con las emergencias.
Aunque inicialmente la “mega obra” que se levanta en una superficie de 152 mil metros cuadrados de construcción se licitó con un financiamiento de más de RD$6,900 millones, posteriormente se le añadieron RD$ 1,700 millones mediante adenda y otros RD$7,746 millones que elevaron su costo a más de RD$14 mil millones para un incremento de más de un 100%, contrario a lo que establece la Ley 340-06 sobre Compras y Contrataciones de Bienes, Servicios, Obras y Concesiones con modificaciones de Ley 449-06.
Según declaraciones del director de la Oficina de Ingenieros Supervisores de Obras del Estado (OISOE), Francisco Pagán, publicadas ayer en el periódico Diario Libre, los presupuestos de los hospitales se han disparado porque se ha tenido que cambiar desde el diseño arquitectónico, con el fin de adecuarlo a las normas y criterios que exige la Organización Panamericana de la Salud (OPS), hasta la colocación de pisos asépticos.
El complejo hospitalario que con la moderna tecnología a implementar elevaría su categoría de especialidad de tercer a cuarto nivel, tendrá en su interior un Hospital materno-infantil, un Hospital clínico quirúrgico, una unidad de quemados, Patología forense, una unidad de Accidente Cerebro Vascular (ACV), tres bancos de sangre, cinco laboratorios clínicos, quirófanos “inteligentes”, aulas de estudios, así como el Centro Cardio-Neuro Oftalmológico y Trasplante (Cecanot) y el Centro de Gastroenterología Domínico-Japonés (Cemadoja).
La majestuosidad de la obra, cuya fecha de inauguración ha sido barajada en más de cinco ocasiones, ha sembrado dudas entre las organizaciones comunitarias ante la posibilidad de que el complejo sea privatizado y dirigido por entidades ajenas a la comunidad sanitaria, lo que ha sido desmentido por el renombrado neurocirujano José Joaquín Puello y el propio director del Servicio Nacional de Salud (SNS), Chanel Rosa Chupany.
De hecho, el mes pasado el SNS inició el proceso de reclutamiento del personal que laborará en la Ciudad Sanitaria, que incluye médicos, enfermeras (profesionales y auxiliares), bioanalistas, técnicos de imagen, laboratorio y administrativos con formación gerencial, ingenieros y técnicos biomédicos, eléctricos, electromecánicos, industriales, informáticos, sistemas hidráulicos, hidrosanitarios y climatización; también técnicos en calderas, gases medicinales, servicios de lavandería industriales, plomería, cocinas industriales, como expertos en circuitos cerrados de televisión entre otros.
Además de este centro, el Gran Santo Domingo cuenta con dos hospitales con categoría regional y que aunque reciben una subvención estatal son considerados “autogestionarios”. Se trata del Vinicio Calventi de Los Alcarrizos y el Marcelino Vélez Santana, ubicado en el sector de Herrera, en Santo Domingo Oeste, inaugurados en julio del 2007 y enero del año 2003, respectivamente.
Hospitales “autogestión” han sufrido varias crisis
Dos importantes centros han pasado por varias crisis administrativas, endeudamiento y un progresivo deterioro de su planta física. El Calventi pasó de tener un moderno bloque quirúrgico de doce quirófanos a tener solo cuatro en funcionamiento. En julio del año pasado, fue reequipado por el SNS para enfrentar la alta mortalidad materno- infantil. En tanto, la vieja edificación del Marcelino Vélez, a mediados del año pasado, experimentó problemas en el sistema de ventilación obligando a los familiares de los pacientes ingresados a llevar abanicos para combatir las altas temperaturas. A finales del 2017 una falla en el sistema eléctrico provocó la evacuación de los pacientes críticos, incluyendo tres pacientes que se encontraban en la Unidad de Cuidados Intensivos, uno de los cuales falleció.