POR EFE
Casi siete años después de su ingreso en la Embajada de Ecuador en Londres, Julian Assange ha visto terminado su asilo tras haberse convertido en una “piedra en el zapato” para la diplomacia ecuatoriana.
Estas son las diez claves del proceso que comenzó en 2006 con el nacimiento de Wikileaks, y que hoy jueves ha conducido a la terminación del asilo tras un año de enfrentamientos entre Assange y el Gobierno de Moreno.
– En 2007 WikiLeaks comenzó a difundir cientos de miles de documentos secretos de varios Gobiernos, lo que puso a su fundador en la mira de EEUU. Para unos “hacker” y para otros activista por la libertad de expresión, en agosto de 2007 la Fiscalía sueca abrió investigación contra Assange por acoso sexual y la Policía londinense lo detuvo en 2010. Estando en libertad, aprovechó para refugiarse en la Embajada ecuatoriana.
– Con un Gobierno alineado con los países bolivarianos y una defensa a ultranza de los derechos humanos en su Constitución, Ecuador parecía el escenario idóneo para plantar cara a EE.UU., Reino Unido y la justicia sueca. Assange entró en la Embajada en junio de 2012, donde le fue concedido asilo diplomático dos meses después. Varios intentos por resolver la cuestión por vía diplomática nunca tuvieron éxito.
– Desde su entrada en la legación, el Gobierno de Rafael Correa exigió a Suecia que interrogase a Assange en la Embajada, una postura inicialmente rechazada. Eventualmente, bajo acuerdo, sería interrogado por un fiscal ecuatoriano, aunque la Fiscalía sueca daría carpetazo al expediente en 2015 por prescripción de los delitos de acoso sexual y coerción.
– Pese a que Suecia cerró el caso, si salía, Assange temía ser detenido por las autoridades británicas por violación de medidas cautelares al dejarlo en libertad en 2010 y que EE.UU. aprovechara esa circunstancia para conseguir su extradición y juzgarlo. El fundador de WikiLeaks aseguró que se exponía a la pena de muerte, por lo que Ecuador le prorrogaba el asilo.
– Las condiciones de vida en la embajada tienen un antes y un después de marzo de 2018. Assange ocupaba inicialmente una habitación de unos 20 metros que dividió en dormitorio y despacho, y que compartía con su gato. Con el tiempo, fue ampliando su espacio hasta molestar a la actividad diplomática, y en mayo de 2017, con el cambio de Gobierno en Ecuador, la tolerancia de Quito se redujo.
– Los pronunciamientos de Assange sobre temas políticos en diversos países (elecciones en EE.UU., crisis de Cataluña…) incomodaron al nuevo Gobierno de Ecuador, por lo que en marzo de 2018 le suspendió el acceso a internet. Ecuador también comenzó a quejarse de sus malos modos con el personal de la embajada, problemas de higiene e, incluso, de los inconvenientes que generaba el cuidado de su gato.
– Convencida de que la situación no podía continuar, la entonces canciller María Fernanda Espinosa nacionalizó en diciembre de 2017 a Assange y le ofreció un cargo diplomático, con la esperanza de que no fuese arrestado por las autoridades británicas. El Reino Unido rechazó la solución unilateral y, un mes después, el presidente Lenín Moreno declaró a Assange “una piedra en el zapato”.
– Los problemas de convivencia, los pronunciamientos políticos y el cambio de rumbo de la diplomacia ecuatoriana, llevaron a una crisis. Ya con otro canciller, Ecuador le entregó nuevas reglas de convivencia y expresión, con una cláusula de anulación de asilo si las violaba. Assange demandó a Ecuador por vulnerar sus derechos, lo que empeoró aún más las relaciones. El recurso fue rechazado.
– Dos de las cuestiones más polémicas eran si Assange disponía de conexión a internet y si recibía visitas, por temor a un aislamiento. Ecuador asegura que le ofreció conexión en varias ocasiones y él la rechazó. Al parecer, tenía móvil propio. Ecuador también mostró públicamente bitácoras de visita, incluidas las de médicos y abogados, que ya no eran aleatorias sino bajo coordinación.
– En los últimos meses la batalla entre ambas partes empeoraba con cada nuevo tuit o publicación en WikiLeaks. Ecuador negoció un compromiso con el Reino Unido de que Assange, si salía, no sería transferido a otro país. Rechazado por el activista, finalmente, y casi sin opciones, Ecuador ha puesto fin unilateralmente al asilo para sacarse “la piedra del zapato”.