Se recuerda que la más reciente terminada fue Moncion en el gobierno de Mejía
La República Dominicana cuenta con 34 presas para el almacenamiento de agua para el uso doméstico, agrícola y generación eléctrica, las cuales no son suficientes, ya que gran parte del agua de los ríos se pierden en el mar, porque desde hace veinte años no se construye una nueva presa para recoger las lluvias y evitar las inundaciones.
Se recuerda que la más reciente presa que se construyó fue la de Monción en el año 2002, durante el gobierno de Hipólito Mejía, pero a partir de ahí, ni una más se han terminado.
Actualmente, en construcción se encuentran las presas de Monte Grande en Barahona y Guiguí en La Vega, cuyos trabajos se encuentra paralizados.
Dentro de las principales figuran Tavera, Valdesia, Rincón, Sabana Yegua, Sabaneta, Hatillo, Jigüey, Aguacate, Las Barías, Monción, Jimenoa, Chacuey, Bao, Maguaca, Lopez-Angostura, Mijo y Río Blanco, según datos del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INDRHI).
Las presas y embalses suministran agua potable a los acueductos, a los sistemas de riego para la agricultura y para la producción de energía eléctrica.
Pero se proyectan construcciones de nuevas presas, como por ejemplo la de Guayubin y Amina en la Línea Noroeste, las que no solo controlarían las inundaciones, sino que dispondría de agua potable, para riego y electricidad.
No hay explicaciones de las razones que tienen los gobiernos del PLD en no poder entregar una presa en 20 años de gobierno, lo que también forma parte de los efectos de la falta de agua en medio de la prolongada sequía.
La historia de las presas comenzó en 1950 con la entrada en operación de la presa de Jimenoa -con una cortina de 14.5 metros de altura-, el uso del agua para generación hidroeléctrica.
De acuerdo al INDRHI se inició en 1890 con la instalación de una turbina hidráulica, por Domingo Rodríguez Susana y 50 años después (en 1939), con la llegada al país del ingeniero español Félix de los Ríos, se hicieron nuevos esfuerzos para aprovechar el gran potencial hidroeléctrico nacional culminando con la puesta en servicio en 1945 de la primera central hidroeléctrica sobre el río Inoa.
En la década de 1950 se completaron los primeros estudios para grandes aprovechamientos hidráulicos, sobre los ríos Yaque del Norte, Yaque del Sur y Nizao.
Antes de la creación del INDRHI en 1965 se construyó la presa de Jimenoa y se encontraba en construcción la presa de Las Damas, en la provincia Independencia, con una cortina de hormigón de 15 metros de altura.
Durante el período 1965-87 se construyó la mayoría de las grandes presas que configuran la infraestructura hidráulica del país y cuyo hito lo representa la entrada en operación en 1973 de la presa de Tavera con una cortina de 80 metros de altura y potencia instalada de 80 megavatios.