El Consejo Dominicano de Unidad Evangélica (CODUE) invitó a la población dominicana a realizar “un ejercicio crítico de análisis” de los candidatos a cargos electivos y rechazar “la corrupción en todas sus formas”.
En una carta pastoral con motivo de la celebración de la Independencia de la República Dominicana, la entidad religiosa dice que “es tiempo de que el ciudadano dominicano comprenda la necesidad de adecentar y mejorar el ejercicio político y elegir aquellos que realmente tengan interés en el bien común de la nación”.
“El Consejo Dominicano de Unidad Evangélica (CODUE) celebra con beneplácito y regocijo el 175 aniversario de la Independencia Nacional, esfuerzo primigenio de los Padres de la Patria en fundar la República Dominicana a quienes el pueblo dominicano les debe gratitud eterna.
Agradecemos infinitamente que nuestro Padre de la Patria Juan Pablo Duarte, concibiera una República basada desde su proyecto original independentista, en valores cristianos y bíblicos. Tenemos el honor y la bendición de ser de los pocos países fundados sobre principios cristianos y el único con las Sagradas Escrituras en el Escudo Nacional.
Durante toda la historia republicana, el país ha tenido procesos históricos de todo tipo, algunos difíciles pero con la ayuda de Dios el pueblo dominicano ha podido superar sus problemas sociales y políticos, algunos subsisten todavía, son cíclicos en nuestra democracia aún imperfecta, por lo que ofrecemos a la nación las siguientes reflexiones:
1.-Oramos al Señor Jesucristo para que en este año antesala de las próximas elecciones presidenciales, congresuales y municipales, los candidatos a la Presidencia de la República puedan hacer discursos más propositivos con una visión de cómo se podrán enfrentar los graves y acuciantes problemas de la sociedad dominicana como son la extrema pobreza, la violencia, delincuencia y la marginalidad. Objetamos toda campaña sucia, sin valores éticos desviando la atención de la población a un debate estéril y poco edificante.
2.-Reiteramos e invitamos a la población a realizar un ejercicio crítico de análisis, poniendo el interés aquellos candidatos que hayan demostrado en su ejercicio político estar de acuerdo con los valores, principalmente con el derecho a la vida desde la concepción, con el matrimonio diseñado por Dios (entre un hombre y una mujer), la defensa de la soberanía y la identidad nacional y el rechazo a la corrupción en todas sus formas. Es tiempo de que el ciudadano dominicano comprenda la necesidad de adecentar y mejorar el ejercicio político y elegir aquellos que realmente tengan interés en el bien común de la nación.
3.-Entendemos que las nuevas autoridades deben manifestar mayor preocupación por los niños, jóvenes, que son a menudo un recurso poco atendido para el desarrollo de la sociedad. Hay que poner atención a las mujeres indefensas, víctimas de maltratos físicos, violencia verbal y muerte; situación que se ha tornado fuera del alcance de la justicia, la policía, y las diferentes entidades públicas y privadas, que llevan orientación psicológica y espiritual a una cantidad inmensa de mujeres, muchas luego asesinadas por sus esposos y amantes. En ese sentido nuestras iglesias son centros de servicios, conciliación de conflictos y apoyo integral para la gente que vive en barrios y zonas marginadas, en las cuales las congregaciones hacen evidente la solidaridad, y el cuidado de la gente que ha sido olvidada gobierno tras gobierno.
4.-Oramos al Señor Jesucristo para que de manera definitiva, todos los sectores sociales unan sus esfuerzos y aportes para la lucha contra la violencia y la delincuencia. Cada región, municipio o provincia puede trabajar en un diseño propio de seguridad ciudadana de acuerdo a su realidad en un ejercicio ciudadano municipal y así crear un gran Pacto para la Seguridad Ciudadana.
5.-Oramos también para que el sistema político dominicano genere nuevos modelos de gobernanza que garanticen el ascenso al poder de funcionarios con un espíritu de prudencia, tolerancia, integridad y vocación de servicio en el manejo de sus funciones públicas, no pensando en enriquecerse a ¨costillas¨ de los gobernados y que produzcan las transformaciones anheladas por el pueblo dominicano durante décadas.