El lanzador dominicano y los Yankees concretaron el viernes una extensión de cuatro años y US$40 millones con una opción del club para 2023
A Luis Severino le habían advertido que el arbitraje salarial no sería una experiencia divertida y el dominicano había dicho que prefería evitar el proceso. Aproximadamente media hora antes de que el serpentinero y los Yankees se hubiesen enfrentado en una audiencia, en lugar de ello, las partes celebraron un acuerdo que le garantiza al diestro seguridad económica por generaciones.
Severino y los Yankees concretaron el viernes una extensión de cuatro años y US$40 millones con una opción del club para 2023 que aumentaría el valor del convenio a US$52.25 millones. Acompañado por su esposa, Rosamaly, Severino habló sobre lo que calificó como “un acuerdo justo” el sábado en el George M. Steinbrenner Field, así lo escribe Bryan Hoch en MLB.com.
“Me da mucha confianza”, dijo Severino, quien cumplirá 25 años el miércoles. “Ahora, cada vez que esté en el gimnasio, estaré sonriendo. Es mucha seguridad para mi familia. Eso no significa que vaya a cambiar mis entrenamientos o dejar de tratar de ser el mejor. Voy a ser el mismo muchacho de siempre”.
Había una diferencia de $850,000 entre las cifras que intercambiaron Severino y los Yankees. El lanzador había pedido US$5.2 millones, mientras que el club le había ofrecido US$4.4 millones. El gerente general Brian Cashman indicó que los intentos anteriores por acordar una extensión habían fracasado, incluyendo una reunión que se llevó a cabo a finales del jueves.
Mientras ambas partes se preparaban para una audiencia programada para las 9:30 a.m. ET el viernes, Cashman invitó al agente de Severino, Nelson Montes de Oca, a visitarlo en su suite en el Vinoy Renaissance Resort.
“Por suerte, estábamos en el mismo lugar al mismo tiempo, así que nos reunimos y llegamos a un acuerdo”, dijo Montes de Oca. “Estábamos preparados para ir al arbitraje. Nunca esperábamos recibir esa llamada. Nos sentamos, hablamos y las cosas comenzaron a fluir”.
Cashman dijo que percibió una atmósfera “mejor o distinta” a la de antes, lo cual permitió que el ejecutivo y el representante acordaran un convenio.
“Los dos dijimos que preferíamos no llegar a esta audiencia y hacer lo que había que hacer cuando en realidad debíamos estar encontrando puntos en común”, dijo Cashman. “Siempre es bueno mantener la comunicación abierta, porque al final resultó en un buen día de paga”.
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