El atentado con coche bomba en una academia policial este jueves en Bogotá deja al menos 20 muertos y 68 heridos, informó la policía de Colombia en su más reciente informe.
“Lamentablemente, el saldo preliminar es de 21 personas fallecidas, incluyendo al responsable del hecho, y de 68 heridas (…) De ellas, 58 han sido dadas de alta”, agregó la institución en un comunicado. Más temprano el ministerio de Defensa había dado parte de once muertos y 65 lesionados.
Minutos antes, había terminado en la institución policial una ceremonia de imposición de la segunda estrella a un grupo de cadetes, y al escuchar la explosión, los participantes salieron corriendo del recinto, al parecer, auxiliando a los heridos.
Videos publicados en las redes sociales muestran a oficiales de policía llevando a colegas lesionados en camillas a lo largo de una calle llena de escombros y cadáveres despedazados. A la distancia se podía ver todavía en llamas el armazón de acero que quedó del vehículo que se utilizó para el ataque, mientras se escuchan las sirenas de las ambulancias que se acercan al lugar.
Lo que se sabe hasta el momento sobre el siniestro es que el conductor del coche bomba rompió los protocolos de seguridad, cuando en la portería lo detuvo en la entrada aceleró el vehículo, una camioneta Nissan Patrol, modelo 1993, e ingresó de manera violenta a las instalaciones militares, se estrelló contra una pared del alojamiento y se inmoló.
Al parecer, los perros olfatearon los explosivos y por esa razón el terrorista aceleró a fondo el vehículo. Las autoridades investigan si la explosión ocurrió por el choque o si fue activada a través de un teléfono celular.
Las autoridades no lograban explicar cómo el vehículo se escabulló por una reja protegida permanentemente por perros detectores de explosivos, guardias fuertemente armados y cámaras de seguridad. Pero había reportes extraoficiales basados en grabaciones filtradas de conversaciones telefónicas de agentes en el lugar, de que el conductor embistió el punto de revisión como si fuera a perpetrar un ataque suicida.
El alcalde de Bogotá, Enrique Peñalosa, confirmó a periodistas los primeros cinco muertos. Pero la cifra aumentó a diez, uno es el conductor del coche bomba, en un acto suicida que no se había registrado nunca en la historia de Colombia, y los otros son agentes y cadetes de la institución.
“Estaremos revisaron quiénes son los responsables de este hecho”, añadió el mandatario. Los 65 heridos contados hasta el momento habrían sido trasladados al Hospital El Tunal, al Policlínico del Olaya, al Hospital de Kennedy y al hospital Militar, donde se están recibiendo donaciones de sangre.
El Ministerio de Defensa calificó el hecho como un atentado terrorista, y aseguró que investigan los posibles responsables. Por lo que las autoridades cerraron las vías de acceso a la zona, también para prevenir otro atentado.
#Quibdó | Estoy regresando de inmediato a Bogotá con la Cúpula Militar ante el miserable acto terrorista cometido en la Escuela General Santander contra nuestros policías.
Vamos al lugar de los hechos. He dado órdenes a la Fuerza Pública para determinar los autores de este ataque y llevarlos a la justicia. Todos los Colombianos rechazamos el terrorismo y estamos unidos para enfrentarlo. COLOMBIA se entristece pero no se doblega ante la violencia.
El presidente Iván Duque se encontraba en un estado del occidente del país y regresó de inmediato a la capital con sus principales asesores militares para supervisar la investigación policial, la cual apunta a un atentado suicida, algo sin precedentes en décadas de violencia política en esta nación andina.
El fiscal general Néstor Martínez dijo que el ataque fue perpetrado por un hombre llamado José Aldemar Rojas, de 56 años, que conducía una camioneta pick-up Nissan modelo 1993 cargada con 80 kilogramos (175 libras) de pentolita. Agregó que el último mantenimiento oficial del vehículo se efectuó hace unos seis meses en el estado oriental de Arauca, en la frontera con Venezuela.
“Es un ataque no sólo contra la juventud, ni contra la fuerza pública, ni contra nuestros policías solamente. Es un ataque contra toda la sociedad”, dijo Duque en un breve comunicado tras revisar el lugar de la explosión. “El demencial acto terrorista no quedará impune.
Aunque las autoridades todavía deben determinar quién es el autor del ataque y ningún grupo se ha adjudicado la responsabilidad, la atención se centró en el Ejército de Liberación Nacional (ELN), que ha estado intensificando sus ataques contra policías en Colombia durante un impasse con Duque sobre cómo reanudar las conversaciones de paz.