Rechazo al pacto: lección del poder social al Gobierno

En cinco días, la ciudadanía le tumbó al Gobierno la firma del Pacto Mundial Migratorio que llevaba casi dos años discutiendo y había dado el visto bueno en julio pasado.   De manera espontánea desde el 26 de noviembre los dominicanos empezaron a objetar a través de las redes sociales que el Gobierno ratificara el Pacto Mundial para la Migración Ordenada, Segura y Regular propuesto por la Organización de las Naciones (ONU) y en menos de una semana evolucionó a un apoyo casi unánime de la población que se convirtió en crisis para el gobierno del presidente Danilo Medina y el nivel de presión no le dejó otro camino que rechazar la firma del acuerdo que tendrá lugar la próxima semana en Marruecos.

El “boom” se logró por la combinación de varios factores, se encendió la chispa del sentimiento nacionalista y la instantaneidad que brindan las redes sociales permitió expresar la opinión de la ciudadanía sin intermediación que imprimió un sello de ciudadanía auténtica.

Al mismo tiempo, parece que el tema tomó al gobierno por sorpresa, lo que se evidencia en el silencio que mantuvo y opacidad en la comunicación, en un tema que se mantuvo con una intensidad poco común desde el viernes 30 hasta el pasado martes 4 de este mes.

Las primeras alarmas fueron disparadas por los denominados nacionalistas agrupados en un movimiento denominado Red Patriótica Nacionalista desde el lunes 26 de noviembre especialmente en la red social Twitter. En las cuentas de esa red social de la Fuerza Nacional Progresista y sus dirigentes, especialmente los hermanos Pelegrín y Vinicio (Vinicito) Castillo Semán, se puede constatar que se hicieron eco del tema con etiquetas internacionales de países como Chile y Colombia #noalpactomigratorio. Según el especialista de redes, Pavel De Camps, fue una supertendencia que impactó varios países.

El debate más intenso sobre lo perjudicial que sería ese acuerdo para el país se desarrolló en la red social Twitter y todavía es objeto de debates entre funcionarios del gobierno como Ramón Tejada Holgúin y el exdiputado Castillo Semán.

Los primeros escritos en varios periódicos salieron el jueves 29 y viernes 30 de noviembre. Pero lo que disparó todas las alarmas fue una declaración de la viceministra para Asuntos Consulares y Migratorios, Marjorie Espinosa, de que el pacto era un hecho.

Aunque la misma funcionaria aclaró que fue sacada de contexto, la primera versión de sus declaraciones publicadas por el Listín Diario, unido a que el gobierno había firmado el acuerdo en julio pasado y la falta de información sobre el convenio y de que Estado había participado en varias rondas de debates, alimentaron la idea de que el objetivo era ratificarlo y eso aumentó la intensidad del rechazo.

El sábado primero de diciembre el presidente Medina salió de viaje a México para participar en la toma de posesión del presidente de ese país, José Manuel López Obrador, y la presión con el tema iba en aumento.

Ese día se unieron al rechazo el Partido Revolucionario Moderno (PRM) y su principales figuras, Luis Abinader e Hipólito Mejía y ya lo había hecho el Partido Reformista Social Cristiano (PRSC) y varios de los partidos minoritarios. Se le sumó el secretario general del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), Tony Peña Guaba y entidades de la sociedad civil como el Instituto Duartiano y el Consejo Nacional de la Empresa Privada. La Finjus criticó la falta de información que los críticos del gobierno calificaron como “palo asechado”.

PLD no se involucró mucho en el tema
El oficialista Partido de la Liberación Dominicana (PLD) quedó atrapado con el tema, pues se le hacía cuestas arriba salir a criticar y echarle leña al fuego con algo que tenía contra la pared a su propio gobierno. Ningún alto dirigente del PLD se pronunció aunque luego que el gobierno anunció la comisión para estudiarlo y que no tuvo otro camino que rechazarlo, algunos dirigentes como los precandidatos presidenciales Carlos Amarante Baret y Reinaldo Pared Pérez, se pronunciaron en contra.

La mayor evidencia de la situación que tenían los dirigentes del PLD fue la primera declaración del embajador en Washington, Estados Unidos, y miembro del Comité Político, José Tomás Pérez. “Es importante leerlo, estudiarlo y, entonces, opinar si estás de acuerdo o no. Felicito a los que leyeron el pacto migratorio de la ONU y no están de acuerdo. Felicito, también, a los que lo leyeron y están de acuerdo. No se puede repetir opiniones sobre temas que no conocemos. Las bocinas hay que dejarla para que suenen en los colmadones”, escribió el domingo en sus redes sociales.

Sin embargo, hubo muchos dirigentes medio y miembros del Comité Central que expresaron rechazo público desde el inicio del debate como Roberto Rosario y Franklin Rodríguez.