Roma. Uno de los principales detractores del papa Francisco dijo el jueves que estaba “profundamente perturbado” por las acusaciones de que el pontífice encubrió abusos sexuales.
El cardenal estadounidense Raymond Burke exigió que se investigue el caso, a la vez que presionó al pontífice para que responda a una serie de preguntas sobre sus ideas acerca del matrimonio.
Burke negó haber tenido conocimiento previo de la acusación formulada por el exnuncio a Estados Unidos, el arzobispo Carlo Maria Viganò. Ambos son conservadores y han compartido la tribuna en conferencias tradicionalistas.
Burke dijo que leyó la extensa acusación de Viganò, de que Francisco fue cómplice en casi dos décadas de encubrimiento del excardenal Theodore McCarrick, cuando se publicó el 26 de agosto. Dijo que quedó “profundamente perturbado” y que ha pedido una investigación.
Sin embargo, dijo que es más importante que Francisco responda a una serie de preguntas formuladas por él y otros tres cardenales conservadores hace más de un año acerca de la apertura a los católicos divorciados y vueltos a casar por registro civil. Dichas preguntas apuntan al meollo de la fe cristiana, acotó.
Burke habló el jueves en una conferencia al cumplirse el aniversario de la muerte de uno de los coautores de las preguntas, el arzobispo de Bolonia, Carlo Caffarra.
Burke, Caffarra y otros dos pidieron a Francisco que clarificara ciertos aspectos, o “dubia”, derivados de su documento “La alegría del amor”, de 2016, que aparentemente abre la puerta a que católicos divorciados y vueltos a casar por el civil puedan recibir la comunión. Francisco no les ha respondido.
Burke dijo que compartía la “profunda tristeza” de Caffarra ante el “silencio” del papa y se preguntó si ese dolor no había contribuido a su muerte.
Los conservadores temen que la apertura de Francisco haya provocado confusión en los fieles acerca del magisterio de la Iglesia sobre la indisolubilidad del matrimonio.